Fiestas y sucedáneos
Javier Llopis, periodista

La Columna (12/05/2021) Javier Llopis, periodista
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Alcoi
Sanidad abre una puerta para la celebración de los grandes festejos de la Comunitat Valenciana a partir de septiembre, pero hace una puntualización importante. En palabras literales de la consellera del ramo, los actos festivos se deberán realizar “evitando las aglomeraciones”. La dirigente autonómica nos coloca a todos ante un imposible metafísico: fiestas populares y multitudes son dos conceptos inseparables. Celebrar unos Moros y Cristianos o unas Fallas bajo estrictos controles de los aforos sería una experiencia extraña y poco gratificante, muy parecida a lavarse los pies con los calcetines puestos.
Dado que los políticos acostumbran a utilizar un metalenguaje críptico en sus intervenciones más delicadas, tras las palabras de la máxima responsable de la sanidad pública valenciana se esconde una advertencia clara: dada la situación de la pandemia; es imposible garantizar que a lo largo de este 2021 se puedan celebrar los grandes festejos valencianos en un ambiente de normalidad absoluta.
La situación es compleja. Por un lado, tenemos al poderoso lobby fallero presionando para recuperar las celebraciones y con ellas, la catarsis social y la actividad económica que generan estos grandes eventos. Por el otro, tenemos una pandemia que parece haber entrado en una fase final, pero cuya salida definitiva sigue rodeada de incertidumbres de mucho peso. La propuesta de las autoridades sanitarias es realista: en medio de este panorama, la hipótesis de futuro más optimista es una especie de sucedáneo de las fiestas, muy alejado de ese estallido colectivo de alegría callejera que en nuestra tierra marca los días grandes del calendario.
Alcoy se enfrenta a este dilema con las cosas más claras que otras fiestas de la Comunitat. Tanto el alcalde como el presidente del Casal se declararon partidarios de esperar a tiempos mejores (léase 2022) para celebrar los Moros y Cristianos en toda su plenitud, al margen de restricciones que desvirtúen su esencia principal: la comunión entre los festeros y los espectadores. En una reunión con la consellera, celebrada ayer por la tarde, la dirigente autonómica insistió en subrayar que en estos momentos es imposible pensar en unos festejos en otoño que se celebren sin mascarillas y con aforos sin limitaciones. Todo nos conduce a aceptar que la celebración de nuestra Trilogía tendrá que esperar hasta que no esté totalmente garantizada la salud de la ciudadanía. Y eso…sigue siendo lo más importante.




