Sorpresa y tristeza, reacciones de los centros acusados de presionar a las familias para que paguen las cuotas
La información fue publicada en el informe "La educación segregada está concertada", elaborado por el sindicato STEILAS
Pamplona
Sorpresa, enfado e incluso tristeza. Ha sido la reacción de cuatro de los cinco colegios navarros que, según el sindicato STEILAS, tienen un índice de presión de cobro a las familias más elevado. En la SER hemos podido hablar con Lizarra Ikastola, Tantirumairu Ikastola, Santa Teresa de Jesús -que ha preferido no hacer declaraciones- y San Ignacio de Loyola, pero no hemos podido contactar con la dirección de la Ikastola Jaso.
Desde los centros desmienten rotundamente la información. El director de San Ignacio de Loyola -en Pamplona-, Carlos Baraza, ha aseverado que "no entendemos de dónde pueden salir estos datos porque los que nosotros manejamos no tienen nada que ver con que las familias se sientan obligadas a pagar unas cuotas o aportaciones que son voluntarias y, en caso de no ser pagadas, ser obligadas a marcharse a una escuela pública, como se dice". Ha recalcado que "nadie, absolutamente nadie, ningún alumno del colegio San Ignacio ha tenido que abandonar el centro por algo que tenga que ver con aportaciones o con pagos".
Sí ha explicado Baraza que se deben pagar servicios como el de comedor o actividades extraescolares, pero que, incluso en estos supuestos, "el colegio, en caso de que no se pueda asumir porque la renta es baja o hay necesidad de que el alumno coma en el colegio, el colegio asume en su integridad lo que tiene que ver con esas cuotas".
Por su parte, desde Lizarra Ikastola (Estella) explican que se pide el pago de cuotas a las familias porque son una cooperativa de familias y las instalaciones son de su propiedad, por lo que deben afrontar los gastos de mantenimiento o, por ejemplo, de algunos materiales que proporciona el centro. No obstante, su director insiste en que nunca se ha dejado a ninguna familia fuera por este motivo y que no se envían cartas a las familias para que paguen.
Además, desde Tantirumairu Ikastola (Bera) creen que este gráfico es un error y expresan su voluntad de investigarlo. Matizan que son una ikastola muy pequeña, de escasos recursos, que no cobra cuotas a las familias, salvo una excepción: un pago mensual de nueve euros para gastos de material escolar. Han explicado que es el centro el que proporciona ese material al alumnado y de ahí el pago. Si una familia no puede asumir ese gasto o los libros de texto, existe una caja de solidaridad para ello. Además, a estas familias se les llama para colaborar en trabajos en auzolan para, por ejemplo, pintar las clases o reparar vallas.