Política Líquida

Jerez de la Frontera

El sociólogo polaco Zygmunt Bauman ha acuñado los términos modernidad líquida, sociabilidad líquida, etc… para definir el cambio que se ha producido en nuestro tiempo donde las instituciones y sus estructuras sociales, lejos de ser inmutables e incuestionables se han disuelto. Ya no hay valores, no hay armazón, no hay estructura. Todo fluye, como las cosas líquidas…

 Y en la política, pasa también lo mismo. Ya la ideología no importa. Lo importante ahora es el poder, llegar a él o permanecer ahí el mayor tiempo posible. No importa lo que se dijo hace uno o dos años; si hay que sostener lo contrario, se hace, y a otra cosa.

 Lo último de esta semana pasada ha sido el tema de los indultos a los políticos catalanes que le echaron el pulso al estado de derecho. Como jurista conozco bien los perfiles de la institución del indulto. Y, lógicamente, como técnico del derecho me alineo con el demoledor informe del tribunal sentenciador, en este caso, el Tribunal Supremo.

 No hay razones jurídicas que avalen ese indulto, pero da igual, el ‘político líquido’ atenderá no a lo que el estado de derecho impone, sino a lo que le conviene a él/ellos para permanecer en el poder. Es lo que nos toca vivir. El siglo XXI nos va a deparar muchos escenarios como éste pero me da a mí que no vamos a tener alcantarillas para tanto líquido fecal.