Jumilla, la gran olvidada tras la riada

Valencia

La ciudad murciana de Jumilla, una de las más importantes de la región vecina, conocida sobre todo por sus vinos, está unida a Valencia desde hace siglos con unos grandes lazos culturales y comerciales. No en vano, la cercanía cultural entre ambas comunidades se hace patente en una parte del término municipal de Jumilla conocido como El Carxe, donde todavía se conserva la lengua valenciana. Y por otro lado, en Valencia capital reside, desde las grandes migraciones del siglo XX, sobre todo tras la Guerra Civil, una gran colonia jumillana muy activa durante los años 60 y 70, actualmente diluida y ya totalmente integrada como unos valencianos más.

La relación entre Valencia y Murcia es incuestionable, y quedó reflejada en la ayuda que la región vecina prestó a Valencia tras la riada de 1957 y el agradecimiento y homenaje que Valencia le brindó por su amparo. Como es sabido, la inoperancia estatal dejó en manos de la sociedad civil las primeras ayudas tras la riada, y entre las comunidades que más se volcaron con la ciudad de Valencia destacó sobremanera la murciana, movilizada desde los micrófonos de Radio Juventud y su programación especial Murcia por Valencia. La solidaridad transmitida desde Murcia fue reconocida por el Ayuntamiento proponiendo que todas las vías públicas del Grupo de la Fuensanta se dedicasen a las poblaciones más importantes de la provincia de Murcia en agradecimiento a la ayuda prestada a Valencia. Pero curiosamente, para las dos plazas y las siete calles del grupo de viviendas se propusieron los nombres de Murcia, Cartagena, Lorca, Mula, Cieza, Caravaca, Yecla, Totana y Archena, pero ni rastro de Jumilla.

Esta propuesta del Ayuntamiento llegó a oídos de la Colonia Jumillana de Valencia, que se apresuró a demandar que “puesto que la ciudad de Jumilla es una de las poblaciones más importantes y ricas de la provincia de Murcia y teniendo en cuenta por tanto, las relaciones que le unen a la misma con Valencia, en cuanto a sus varios intereses vinícolas y esparteros, y la importante colonia jumillana residente en esta capital desde hace años, se nos tenga en cuenta para en el momento oportuno de la asignación de calles por el Ayuntamiento para que la ciudad de Jumilla sea distinguida con una de ellas”. El Consistorio valentino aceptó la propuesta de la colonia jumillana, y el 24 de abril de 1959 aprobó rotular con el nombre de Jumilla, la calle número 36 del plano, situada cerca del polígono de la Fuensanta, pero al otro lado de la avenida de las Tres Cruces, entre las actuales calles de Jurados –antigua Ángel del Alcázar- y Músico Ayllón, junto al grupo de viviendas Virgen de los Desamparados. La propia asociación de jumillanos costeó el rótulo de la calle, que todavía luce sobre la fachada del mencionado grupo de viviendas, con el nombre de Jumilla y con el escudo de la colonia jumillana.