Caballerizas Reales y la Puerta del Puente, huellas de la visita de Felipe II a Córdoba

Córdoba

El 22 de febrero de 1570 Felipe II, el soberano más poderoso del planeta, fue recibido en Córdoba con toda la pompa y solemnidad que requería la ocasión. Se iniciaba así la que en opinión del historiador Manuel García Parody fue "la visita real más importante que ha conocido la ciudad" ya que "duró dos meses y porque el rey vino expresamente, y no de paso, como en otras ocasiones".

Dos meses en Córdoba

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Felipe II vino a Córdoba para seguir de cerca la guerra contra los moriscos que se libraba en las Alpujarras. Una guerra a la que la corona destinó un ejército de 20.000 hombres. Para financiar esta nueva campaña, el rey convocó en Córdoba las Cortes de Castilla, "que reunían a los representantes de las diecisiete ciudades más importantes del reino".

Durante su prolongada estancia en Córdoba, Felipe II se alojó en el Palacio Episcopal. Un tiempo que el rey aprovechó para visitar todas las iglesias de la ciudad.  "En San Pedro, el rey se arrodilló ante las reliquias de los Santos Mártires", recuerda Parody. Felip II también presidió la Pascua y el Corpus.

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La larga visita de Felipe II a Córdoba dejó algunas huellas que aún hoy permanecen en la ciudad, como las Caballerizas Reales o la Puerta del Puente.

El monarca, gran aficionado a la equitación, "que animaba a los nobles a practicar para abandonar la vida sedentaria" quiso "convertir a Córdoba en la capital del caballo", explica Parody. Para ello ordenó la construcción de las Caballerizas Reales. Sin embargo, aclara el historiador, "el edificio que hoy conocemos es posterior ya que el original fue destruido por un incendio".

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El otro monumento que recuerda la presencia en Córdoba del monarca es el arco levantado en su honor en la conocida como Puerta del Puente y "cuyas obras se retrasaron más de tres años".

Escucha aquí la sección de historia de Córdoba, con Manuel García Parody