El 51% de las vascas destina 5 o más horas al cuidado de sus hijos menores, el doble que los hombres
El 23,5% de la población ocupada tiene que dedicar, de forma habitual, más horas de las previstas a su trabajo y otro 18,4% algunas veces
Bilbao
El 51,1% de las mujeres destina 5 o más horas al día al cuidado de sus hijos menores, porcentaje que, en el caso de los hombres, baja al 27% y son el 42,7% de los varones los que colabora con 2 o menos horas a la hora de atender a sus hijos. Además, el 27,7% de las personas ocupadas residentes en la Euskadi afirma tener muchas dificultades para compaginar el trabajo con el cuidado de hijos menores y el 28,7% asegura tener ese mismo grado de dificultad a la hora de atender a las personas dependientes, según datos elaborados por Eustat.
Este alto grado de dificultad también lo percibe el 24,9% de las personas ocupadas cuando se trata de conciliar el trabajo con la realización de actividades personales.
Desde el punto de vista de género, el porcentaje de personas ocupadas que declara tener una alta dificultad para compaginar el trabajo con estos aspectos de la vida es ligeramente mayor en las mujeres que en los hombres.
Tiempo dedicado
Respecto al tiempo diario dedicado al cuidado de hijos y personas dependientes, se perciben diferencias entre el tiempo empleado por hombres y mujeres.
De este modo, las mujeres que trabajan fuera de casa y tienen hijos menores de 15 años destinan de media 1,2 horas más al día a su cuidado que los hombres que se encuentran en la misma situación (4,6 y 3,4 horas, respectivamente).
Además, mientras la mitad de las mujeres (51,1%) destina 5 o más horas al día al cuidado de sus menores, en el caso de los hombres el porcentaje se queda en la cuarta parte (27%), en tanto que la mayoría (el 42,7%) colabora con 2 o menos horas en el cuidado de sus hijos e hijas.
Asimismo, en cuanto a las horas dedicadas por las personas ocupadas al cuidado de las personas dependientes a su cargo, las mujeres ocupadas dedican de media casi tres cuartos de hora más al día que los hombres (2,3 y 1,6 horas, respectivamente).
La proporción de personas ocupadas que atienden a personas dependientes regularmente es aproximadamente del 12%, valor muy similar al de 2019. Esta proporción se intensifica en el grupo de 55 y más años, donde alcanza un 22,7%.
Reparto de tareas
El reparto de tareas domésticas entre los ocupados y las ocupadas de la Euskadi también resulta desigual, ya que casi nueve de cada diez hombres -el 84,8%- dedican 2 o menos horas a esas tareas, mientras que tres de cada diez mujeres -el 29,9%- emplean 3 o más.
En cuanto a la diferencia entre el tiempo dedicado por hombres y mujeres a los cuidados y a las labores del hogar, los datos indican que se va reduciendo a lo largo del tiempo.
Si bien en 2010 esta diferencia era de una hora para las labores del hogar, de 1,9 horas para el cuidado de hijos y de 2,4 horas para el cuidado de dependientes, en 2020 estas diferencias se reducen hasta las 0,6 horas, 1,2 horas y 0,7 horas, respectivamente.
El desigual reparto de funciones motiva que el 15,1% de las mujeres ocupadas esté muy insatisfecho con la colaboración que ofrece su cónyuge o pareja en la realización de las tareas domésticas. En contraposición, un porcentaje elevado de hombres ocupados está muy satisfecho con la participación de su pareja (69,6%), mientras que el porcentaje de hombres que declara estar muy satisfecho con el tiempo que dedica a las labores de hogar (46,5%) es similar al de las mujeres (45,2%).
Grado de satisfacción
Por otro lado, un 64,1% de las mujeres ocupadas expresan una satisfacción "alta" con el cuidado de su descendencia y un 45,4% con el de sus personas dependientes, porcentaje que baja al 53,8% y 48,95, respectivamente, en el caso de los hombres.
En lo que respecta a la satisfacción en general con el trabajo, la valoración es de 7,3 (sobre 10), con algunas diferencias según aspectos concretos. Concretamente, el aspecto de la promoción laboral obtiene una satisfacción de 4,5; la flexibilidad de horarios, un 6,5 y las vacaciones y permisos un 7,3.
Jornada laboral
El 23,5% de la población ocupada tiene que dedicar, de forma habitual, más horas de las establecidas o previstas a su trabajo y otro 18,4% lo hace algunas veces.
Si bien la prolongación de la jornada laboral siempre había afectado más a los hombres que a las mujeres, en 2020 son las mujeres las más afectadas, ya que, mientras que el 18,8% de los hombres y un porcentaje muy parecido las mujeres (18%) alarga la jornada laboral algunas veces, cuando la prolongación es habitual lo hace un 24,4% de las mujeres, frente al 22,5% de los hombres.
Por otra parte, el 14,6% de los hombres ocupados cree que le resultaría muy negativo pedir un permiso de paternidad. Sin embargo, solo un 7,3% de los hombres opina que la paternidad les podría afectar de manera sensible frente al 20% de las mujeres ocupadas, que considera que la maternidad puede crear desigualdades de promoción.
El temor a que solicitar excedencias o jornadas reducidas por motivos familiares afecte a la promoción profesional es ligeramente mayor entre las mujeres que entre los hombres, 30,5% y 26,5%, respectivamente.
Dentro de las distintas medidas que pueden facilitar la conciliación de trabajo, familia y vida personal, las ausencias temporales del trabajo están al alcance de la mayoría de la población ocupada, seguidas por la posibilidad de pedir días sin sueldo. Además, casi la mitad de las personas ocupadas manifiestan una dificultad baja para conseguir excedencias o reducciones de jornada.
Horarios flexibles
El horario flexible de salida, otra herramienta para mejorar la conciliación, lo disfrutan tres de cada diez personas ocupadas (32,6%).Desde el punto de vista del género, son los hombres los más beneficiados, ya que un 35,6% disfruta de la flexibilidad horaria frente al 29,3% de las mujeres.
Con respecto al año anterior se aprecia una disminución de 10,1 puntos en el porcentaje de personas que disfrutan de un horario flexible. Si en 2019 el 42,7% de la población disfrutaba de esta medida que facilita la conciliación, en 2020 el porcentaje baja hasta el 32,6%.
En cuanto al trabajo en el propio domicilio, también se aprecian diferencias con respecto al año anterior. Si en 2019 el porcentaje de personas que trabajaban al menos la mitad de los días desde su propio domicilio se situaba en el 5,5%, en 2020 este porcentaje sube al 10,8%, si bien es cierto que la gran mayoría (el 81,9%) no disfruta de esta medida.
Con respecto a los diferentes tipos de jornada se percibe un descenso sostenido del porcentaje de personas que tienen jornada partida. De esta forma, en 2010 el 41,5% de las personas trabajaba únicamente en jornada de mañana y tarde, en 2020 este porcentaje se sitúa en el 32,5%, aumentando, por tanto, el porcentaje de personas que tienen jornada continuada (del 51,1% en 2010 al 55,7% en 2020) o mixta (del 7,4% en 2010 al 11,8% en 2020).
En los hogares en los que ambos miembros de la pareja trabajan, el cuidado de menores durante la jornada laboral del padre o la madre corresponde, en el 90,4% de las ocasiones, a los centros escolares, en el 4,4% a ambos ocupados y en el 2,8% de los casos a familiares o personas sin remuneración.
En estos mismos hogares, el cuidado esporádico de menores cuando, durante la jornada laboral hay que llevarlos al médico, están enfermos o no tienen colegio, se lleva a cabo en el mayor de los casos por ambos progenitores (68% de los casos), y con menor frecuencia por la madre (15%), por familiares o personas sin remuneración (12,1%) o el padre (3%).
Preferencias laborales
Finalmente, con relación a las preferencias laborales, la población ocupada se decanta por la condición de asalariado (85,6%) frente a la de autónomo (14,4%) y prefiere trabajar en el sector público (64,7%) frente al sector privado (35,3%), en tanto que elige de forma más equilibrada entre grandes (56,2%) y pequeñas empresas (43,8%).