¿Sabemos con quién contratamos internet?
¿Sabemos con quién contratamos internet? Firma de opinión de Francisco Martínez Claus
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Córdoba
No es extraño que existan páginas webs que comercializan productos y servicios sin indicar quien es el titular, cómo se puede contactar con sus responsables o qué uso harán de los datos personales del usuario. Es cierto que las nuevas tecnologías llevan siendo cruciales en el mercado desde hace años y, especialmente, en los últimos meses, también es cierto que por la propia naturaleza del comercio electrónico - en el que las partes que interactúan no comparten un mismo espacio físico-, se derivan toda una serie de riesgos que en las interacciones presenciales. Uno de los principales riesgos que puede padecer un consumidor en una transacción electrónica es algo tan básico cómo desconocer la identidad de la persona, física o jurídica, que se encuentra detrás de la página web con la que está contratando y cuáles son sus datos de contacto. No suele ser hasta que el consumidor sufre algún problema o incidencia en su contratación cuando se detiene a comprobar quién se encuentra realmente detrás de la web con la que ha contratado, llevándose en ocasiones la sorpresa de que dicha página pertenece a una persona física o jurídica que posee su domicilio fuera de España, o que directamente en la página web no aparece ningún dato. Evidentemente, es más que conveniente que el usuario haga el esfuerzo de intentar acceder a esta información y que, dentro de sus posibilidades, pueda constatar que detrás de la página web con la que desea contratar existe una persona o entidad localizable. Pero más necesario es aún que por parte de los poderes públicos se refuercen las inspecciones sobre esta materia, se inicien expedientes sancionadores contra aquellas webs que sean denunciadas y se adopten medidas que les faculta el ordenamiento jurídico vigente para intentar acabar con esta clase de prácticas o, al menos, intentar reducirlas lo máximo posible.