No volverían a hacerlo

Palma

Los jueces se equivocan tanto como los fontaneros, y ya sé que este diagnóstico ofenderá a los profesionales de la fontanería.

Sin embargo, siempre suena extraño que las críticas contra la justicia provengan de instituciones que comparten la cúpula del Estado, al que ponen en peligro con su desprecio.

Cuando el Govern dice que el Tribunal Supremo se equivoca al anular su toque de queda, que una jueza de lo contencioso se equivoca al considerar desproporcionado el encierro de estudiantes, y que otra juez de instrucción se equivoca al imputar a un alto cargo de salud por dicha medida, no solo nos preocupa que el ejecutivo balear se parezca al célebre “mamá, todos los coches circulan en sentido contrario”.

La descalificación de cualquier cosa que decidan los jueces se ahonda con el desplante de que “lo volveríamos a hacer”.

Es aquí donde sorprende que un aparato del Estado inste a los ciudadanos a desobedecer a los jueces.

Si las autoridades se plantan en “lo volveríamos a hacer” ante una ilegalidad proclamada por un tribunal, están invitando a los ciudadanos a desobedecer la ley.

Y ahora viene la sorpresa, porque quería decirles todo lo contrario.

No volverían a hacerlo ni lo volverán a hacer, por mucho que alardeen.

Una imputación judicial asusta incluso a quienes presumen de ignorarla.

Pregunten a la imputada, si no me creen.