El Instituto de Ecología Litoral de Alicante advierte de los daños que generan las playas artificiales al mar

Alicante

El Instituto de Ecología Litoral advierte de que el cambio climático afectará especialmente a las playas artificiales, que pueden encontrarse por todo el litoral alicantino, y cuya construcción está acompañada por la destrucción del ecosistema marino.

Las playas artificiales comenzaron a construirse en el boom turístico del pasado siglo, que llegó junto con la creación masiva de viviendas y hoteles en primera línea de playa. En Alicante hay varias playas artificiales, como la de El Campello o La Vila Joiosa, que naturalmente eran de grava y ahora son de arena.

La modificación de los tramos litorales lleva a la destrucción de los mismos, según advierten desde el Instituto de Ecología Litoral de Alicante. Explican que la creación de estos parajes genera daños en los sedimentos marinos, lo cual afecta a toda la cadena trófica.

Los desprendimientos submarinos y la pérdida de arena pueden generar perjuicios sobre el hábitat vegetal. Uno de los investigadores de dicho instituto, Joaquín Martínez, explica que el aumento de la turbidez del agua dificulta la fotosíntesis de las plantas.

Del mismo modo, añade que las plantas subacuáticas son muy sensibles a las condiciones de erosión de las playas. "Si hay una falta de sedimentos, es como si se descalzara la planta y afecta a su desarrollo", dice. Lamenta que, en el caso contrario, en zonas donde hay demasiada arena, los vegetales pueden quedar enterrados.

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Martínez expone que si se reduce la cantidad y la calidad de las praderas marinas, hay menos alimentos para peces e invertebrados. De hecho, la propia pérdida de sedimentos por los desprendimientos hace que estos aumenten aún más, al no tener a las plantas como protección natural.

Las infraestructuras dañan los océanos

Desde el Instituto de Ecología Litoral señalan que, otro de los factores que bloquea el flujo natural de la arena en el fondo marino es la creación de puertos deportivos. Estas infraestructuras vienen acompañadas por espigones, que cumplen una función de rompeolas artificial y que también, lamentan, invaden el espacio marino.

Martínez asegura que, al menos, la normativa actual de costas garantiza el buen cuidado del océano. Explica que, a día de hoy, se hacen "los correctos estudios" para analizar el impacto y consecuencias de las nuevas construcciones marítimas. Sin embargo, lamenta que los daños que se han causado sobre el curso natural de la arena ya no se pueden revertir.

Futuras consecuencias del cambio climático

Aun así, alerta de futuros problemas acompañados por el cambio climático, protagonizados por la subida del nivel del mar y los fuertes temporales. El investigador recuerda que la borrasca Gloria causó especiales estragos en las zonas costeras.

Estas consecuencias del cambio climático se suman al entramado de los desprendimientos de arena, ya que los fuertes temporales, que generan grandes oleajes, aumentan la erosión y la falta de arena. Martínez lamenta que, por lo tanto, las primeras afectadas, además de los propios océanos, son las playas afectadas y las construcciones en primera línea.