El cine vasco reconquista Cannes

Irun

El festival de cine más importante del mundo ha vuelto en una edición atípica, pero no por ello menos provechosa desde el punto de vista industrial. Lo ha vivido de primera mano la asociación Zineuskadi, creada en 2011 y dependiente del Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco. Jara Ayucar, responsable de comunicación de esta institución que busca exportar el cine hecho aquí, se acercó a La Muga para charlar con nuestro experto transfronterizo, Jon Arozamena.

“Ha sido la edición de Cannes más extraña que hayamos vivido nunca, pero creo que el beneficio ha sido que volvemos a casa con mejor contenido. Hemos pasado de 20.000 acreditados a 4.000, lo que nos ha permitido hacer reuniones de hora y media cuando normalmente no podemos dedicar a cada una más de diez minutos”.

Dicen que un buen producto se vende solo pero cuando hablamos del mercado global actual de cine y series, no estarían de más algunos matices. Sólo en Estados Unidos en 2009 se produjeron 210 series de ficción. En 2019 ese dato alcanzó la friolera de 532. Y de mientras, Europa está también viviendo unboom creativo. Así pues, en un contexto internacional con tantísima producción y en el que las nuevas generaciones felizmente van dejando atrás el mantra de que es necesario rodar en inglés para obtener un producto exportable, no hay duda de que hay lugar para el cine vasco pero ¿cómo encontrarlo?: “Al final lo más importante es saber a qué mercado pertenece tu producto, donde tienes que intentar colocarlo y para eso hay muchos laboratorios donde pitchear (presentación verbal, visual y concisa de una idea). Hay series que son per se universales pero que no alcanzan esos mercados porque no postulan correctamente”.

Si conocer el posible mercado de tu producto es importante, también lo es conocer su ventana de distribución ideal. Y si hay un tipo de ventana que ha sufrido los estragos de la pandemia ésas son las salas de cine: “En Francia la situación con las salas de cine ha sido bastante trágica, con todo lo que eso conlleva de pérdida de hábito, de ritual social, etc. Y siendo Francia uno de nuestros principales países de distribución naturales y orgánicos, esto nos afecta directamente”. Pero para Jara hay razones para el optimismo: “También os aseguro que durante esta edición de Cannes todas las salas han estado llenas a rebosar, sin expcepción”.

Más allá de la incertidumbre en la que vive el mercado audiovisual desde el inicio de la pandemia, está claro que los exhibidores tradicionales tienen un trabajo de renovación por delante muy importante: “Tienen que aprender de la nueva situación y en base a eso, desarrollar nuevos paradigmas para que el cine vuelva a ser esa experiencia de ritual que para nosotros tienen por ejemplo los festivales de cine”.