El gobierno de Ayuso atribuye la recuperación económica del país al tirón de Madrid

José María Aznar popularizó la coletilla “España va bien” en 1997. El dirigente popular acababa de llegar a La Moncloa tras 14 años de gobiernos del socialista Felipe González y presumía, siempre que tenía ocasión, del desempeño económico del país bajo su mandato. Ahora España vuelve a ir bien, tras la peor crisis económica en tiempos de paz como consecuencia de la pandemia, y ha comenzado la disputa por los méritos. Pedro Sánchez presume de recuperación en todos sus actos, pero el equipo de Ayuso no está dispuesto a que el presidente del Gobierno se lleve todos los méritos. “Madrid está yendo mejor y Madrid está haciendo a España ir mejor”, ha presumido este viernes el consejero de Economía, Hacienda y Empleo durante la presentación de la contabilidad trimestral de la región. El PIB de la Comunidad salió de los números rojos en el segundo trimestre del año con un crecimiento trimestral del 1,6%, frente a la caída del 1,4% que había registrado en los tres primeros meses del año. “Madrid está resistiendo mejor y saliendo antes”, ha resumido Javier Fernández-Lasquetty. ¿Es cierto? En parte sí y en parte no. La recuperación ha llegado a Madrid en el segundo trimestre, pero con menos vigor que en el conjunto del país. En esa misma primavera la economía española en su conjunto creció un 2,8% intertrimestral, más de un punto por encima de la madrileña. A pesar de todo, en términos interanuales, el desempeño de la Comunidad es mejor que el del conjunto de España -un 31,7% en la región frente a un 19,8% en el país-. “Un crecimiento absolutamente histórico”, en palabras de Juan Manuel López Zafra, director general de Política Económica de la Comunidad. “Son casi 12 puntos por encima de la media de España, con Madrid incluida”, ha presumido Lasquetty, a pesar de que los datos trimestrales apuntan a que en las próximas entregas estadísticas ese diferencial de crecimiento se irá estrechando irremediablemente. Y es que el momento elegido por la Consejería de Economía para hacer este balance no es casual. Ese segundo trimestre de 2021 es en el que Madrid sale más guapa en el espejo, cuando la comparativa con el resto del país le es más favorable. Este periodo no recoge ya el descalabro del segundo trimestre de 2020 –el del confinamiento más estricto- y que fue más pronunciado en Madrid; pero sí que incluye el recobrado impulso del tercero –el de la desescalada veraniega-, cuando el rebote también fue mayor. Eso explica parte de la ventaja madrileña, pero no es el único factor. El siguiente trimestre, el cuarto de 2020, fue el del pulso por el cierre de Madrid entre la Comunidad y el Ministerio. El gobierno regional se encontró con una demanda embalsada -los madrileños no podían salir de fin de semana a gastar más allá de los límites de la Comunidad- y decidió ser más laxo en las restricciones a la actividad. El gobierno regional solo recoge una parte de esta realidad en su análisis y atribuye el dato a “la estrategia de Isabel Díaz Ayuso”, según el consejero. “Libertad frente a imposición; impuestos bajos frente a subir impuestos; favorecer el crecimiento en lugar de prohibir cosas a la gente”, ha resumido Lasquetty. Esa estrategia no ha cambiado desde entonces, pero lo cierto es que los datos ya no muestran ese diferencial del que presume el consejero y en los últimos dos trimestres España -con Madrid incluida- ha crecido más que la región capitalina en solitario. LAS PREVISIONES SITÚAN A MADRID CON VENTAJA HASTA 2022 A pesar del rebote, ni la economía madrileña, ni la nacional, han alcanzado aún los niveles prepandemia. En el caso de Madrid, el gobierno regional espera alcanzar ese volumen de actividad en la próxima primavera “en línea con la Eurozona y un poco antes que el resto de España”, según han destacado en el acto los responsables de la Consejería de Economía. La media de previsiones que manejan en la Puerta del Sol sitúa a Madrid con un crecimiento anual robusto, tanto en este 2021 –6,4%-, como en 2022 –6,1%-. Según esos datos, la Comunidad crecerá una décima más que España este año y dos más en el siguiente, una ventaja mucho menor que la que registraba antes de la llegada del COVID-19.