¿Cómo cambia el panorama el nuevo decreto que prohibe el uso de fertilizantes en el Mar Menor?

Murcia

La Asamblea Regional aprobaba este lunes la nueva normativa que supone una enmienda a la Ley 3/2020 de Recuperación y Protección del Mar Menor, de forma que a partir ahora se prohíbe el uso de fertilizantes con nitrógeno orgánico o de síntesis en la zona 1 del Mar Menor durante los próximos dos años, hasta que se habiliten las infraestructuras necesarias para encauzar el agua de las ramblas.

La zona 1 del Mar Menor, la más próxima a la laguna, abarca 16.559 hectáreas, aunque desde la consejería de Agricultura y Medio Ambiente no han precisado a esta redacción el dato concreto de superficie dedicada a la agricultura en esa franja.

Desde COAG Cartagena acogen con "aceptación" el nuevo decreto ley que afectará, dicen, a "una superficie importante", aunque tampoco han calculado aún ni el área de cultivo que se verá afectada por la medida ni cuántos agricultores tendrán que cambiar sus hábitos de trabajo.

Vicente Carrión, presidente de la coordinadora agraria, ha explicado a Radio Murcia que las alternativas sí que están previstas y que algunos agricultores las utilizan desde hace tiempo, pasan por el uso de abonos orgánicos.

Desde COAG insisten en que esta medida, la de prohibir el uso de fertilizantes nitrogenados en la zona 1 de la laguna,  no servirá para nada si no se vacía el acuifero cuaternario cargado de nitratos "que no son de esta noche pasada" y que acabarán llegando al Mar Menor.

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El nuevo decreto ley no agrada a los agricultores ni tampoco a los ecologistas que consideran que llega tarde y es absolutamente "insuficiente" porque el Mar Menor "no puede esperar diez años hasta que se vean sus efectos y requiere de acciones inmediatas", según Theo Oberhuber, portavoz nacional de Ecologistas en Acción.

Desde la organización ecologista apuestan por medidas más ambiciosas como declarar a las lagunas costeras españolas hábitats en peligro de extinción para aumentar su protección y acelerar las medidas de recuperación. También por crear una franja renaturalizada de 15.000 hectáreas alrededor del Mar Menor, libre de actividades agrícolas o urbanísticas. Oberhuber afirma que además del beneficio ecológico que tendría sobre el ecosistema "aumentaría su atractivo turístico".