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Educación

Reflexiones de dos profesores de Cuenca: "Tenemos que ir de la mano con las familias"

Juntamos a dos docentes, uno recién jubilado y otra con la oposición recién aprobada para charlar sobre educación actual, sobre su evolución y sobre los retos que tiene por delante

Manolo Sanz y Alba Durán, profesores. / Cadena SER

Cuenca

Manolo Sanz es profesor recién jubilado. Tiene 60 años. Los últimos cursos ha trabajado como director en el CRA Elena Fortún de Arcas (Cuenca). Antes estuvo en colegios de Canarias y en el instituto Alfonso VIII de la ciudad de Cuenca. Alba Durán, es profesora y tiene 34 años. Es de Puertollano y actualmente da clases de piano en el Conservatorio Profesional de Música Pedro Aranaz de Cuenca capital. Los dos han accedido a encontrarse y conversar sobre su experiencia en el ámbito de la docencia. Uno con cerca de cuatro décadas a sus espaldas compartiendo sus días con los alumnos; la otra con una carrera profesional por delante. Sus reflexiones sobre la educación actual, su evolución y los retos de futuro las hemos emitido en Hoy por Hoy Cuenca y las podéis escuchar a continuación:

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¿Cuál es la experiencia que más huella te ha dejado tras los años de docencia?, pregunta Alba a Manolo: “Lo que me ha dejado una huella imborrable es cuando voy por la calle y oigo ¡Manolo! y veo a un chico o chica joven que ya no reconozco. Les miro a los ojos y les pregunto si fueron alumnos míos. Sí, sí, me dicen. Y me recuerdan. Soy Maite. O soy Sergio. En esa mirada ves la gratitud al esfuerzo que has hecho por ellos. Eso te recompensa todos los ratos malos, los esfuerzos o las horas interminables de trabajo. Esa es con la experiencia que yo me quedo”.

Y Manolo le da un consejo a Alba: “Los alumnos aprenderán, les trasmitirás conocimientos, pero sobre todo, dentro del magisterio, lo básico y fundamental es hacerle a los alumnos que descubran sus capacidades y motivarlos e ilusionarlos para que las lleven a cabo”.

Por qué quisieron ser profesores

Alba: “Desde pequeña tuve claro que el fin de todo lo que yo estudiara era para enseñar a otros a amar, en este caso la música y más concretamente el piano. Mi vocación estaba clara desde el principio. Además, mi madre también es profesora”.

Manolo: “También me viene de familia. Mis padres eran maestros. Mis abuelos fueron maestros y las posibilidades que me ofrecían para estudiar allá por años 80 aquí en Cuenca el magisterio era una posibilidad”.

El primer día como profesor

M: “Fue en El Paso, en la isla de La Palma. Tenía 24 años. Recuerdo perfectamente el día que entré en el aula, pero más aún el día que regresé a Cuenca como maestro y la primera clase que impartí en el instituto Alfonso VIII fue en el aula en la que fui alumno y compartí trabajo y compañerismo con maestros que habían sido profesores míos”.

A: “Fue en el conservatorio de alcázar de San Juan-Campo de Criptana. Llegó el momento de dejar de ser la alumna que recibía las clases y ponerme en el otro lado. Se siente muchísima responsabilidad. No se es consciente de todo lo que los profesores llevan encima, no solo la enseñanza de una disciplina concreta sino algo que va más allá. Mucho más interdisciplinar y a nivel personal también”.

Algún maestro que recuerdan

A: “Creo que no podría citar a una persona en concreto. Considero que siempre que he sido alumna se ha trabajado porque yo estuviera bien o porque diera al máximo de mis posibilidades. Podría citar a los profesores que con los que he pasado más tiempo individuamente, que son las clases de piano, pero realmente tampoco son exclusivamente ellos los que me han hecho elegir esta profesión. Es un cúmulo de todo. Y también el apoyo de la familia que es fundamental”.

M: “Yo tuve la suerte de estudiar en la Universidad Laboral de Cheste, en Valencia, y recuerdo a don Gaspar, un profesor de Lengua que me dejó una huella importante porque me trasmitía valores y me hizo ilusionarme en la lectura. Me ha hecho pasar ratos inolvidables pro esa impronta que dejó en mí por tener gusto por leer”.

Evolución de la educación

M: “Los cambios en la enseñanza necesitan entre quince y veinte años. La alternancia de leyes no ha hecho que el camino haya sido más próspero y se hayan conseguido más avanzases educativos, pero aun así la enseñanza ha evolucionado tremendamente. Hay un cambio abismal. Se educa en valores, se trabajan las emociones, se atiende a la diversidad, intentamos enseñarles a los alumnos por convencimiento no por imposición. Esto se debe al avance de la sociedad y a los frutos que ha dejado la escuela en la sociedad”.

A: “Hay demasiado grueso de normativa que a veces nos hace perdernos un poco y que realmente en nuestras enseñanzas, que son de régimen especial, tampoco facilita demasiado las cosas. A nivel general es una enseñanza más inclusiva que tiene en cuenta muchas más peculiaridades de mucha más gente a la que se atiende y que antes se dejaban un poco más de lado”.

Cómo mejorar la educación

M: “Empezaríamos por un Pacto de Estado por la Educación. Y otras tres patas: fomentar la colaboración familia y escuela, la actualización científico didáctica de los docentes y el reconocimiento social y el respeto hacia la labor del docente que algunas veces ha fallado, lo que hace que se desilusionen y que pierdan la chispa que es fundamental para entrar en la clase y trasmitir la ilusión a los alumnos”.

A: “Creo que estar peleando siempre con críticas entre partidos políticos en el tema educativo no beneficia al profesorado ni a los agentes que se mueven en educación, ni mucho menos al alumnado. Creo que ya es momento de hacer un Pacto de Estado por la Educación. También creo que las enseñanzas musicales necesitan un reconocimiento más amplio. Somos de régimen especial pero nos gustaría estar más inmersos en la sociedad y tener más relación con la educación básica y general. En los conservatorios no solo formamos pianistas, trompetistas o violinistas, ni mucho menos. Formamos personas que el día de mañana pueden ser abogados, médicos o cuidadores con una sensibilidad especial y creo que eso beneficia a toda la sociedad”.

Relación con los padres

M: “En general buena. La escuela debe acercarse a la familia y viceversa. Se dan casos puntuales de enfrentamiento con los docentes confundiéndose la autoridad con autoritarismo. El docente tiene autoridad porque se la gana por respeto. Esa es su autoridad. Hubo una época que yo recuerdo bien en la que un sector de la sociedad, a los maestros nos trató con el y tú qué te crees, qué vas a saber tú de lo que necesita mi hijo. En esas cosas se hace un flaco favor a la enseñanza y a sus propios hijos. Creo que hoy en día la relaciones se han mejorado bastante y cada vez la sociedad está apoyado más la labor de los docentes y se está reconociendo. Aun así necesitamos tener a las familias de nuestra parte porque a veces se dan choques de convencimientos educativos. Por ejemplo, cuando hemos tratado la no violencia en las clases, hay padres que dicen no, no, es que yo a mí hijo, si le pegan, le digo que la devuelva. Y nos ha costado convencer antes al padre para educar al hijo. Debemos coincidir en todos los órdenes de la enseñanza”.

A: “La garantía del éxito de la educación está en ir de la mano maestros y familias, en llevar al alumnado sin formar conflictos y acabar entendernos todos ya saber que la sociedad es muy diversa”.

Paco Auñón

Paco Auñón

Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...

 
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