Generación muda, hiperconectada pero en silencio

Se les conoce como la Generación muda son los jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 40 años, los que corresponden a la Generación Z y a los Millennials. Han integrado la comunicación mediante plataformas asíncronas en las que no es imprescindible coincidir en el tiempo a la hora de interactuar. A los jóvenes les resulta más cómodo comunicarse a través de las aplicaciones de mensajería instantánea y evitar las llamadas. Una de las razones que aducen es la intromisión en la vida cotidiana. También la falta de de seguridad en sus habilidades comunicativas o el mecanismo de defensa.

Durante el año 2020, las vídeoconferencias han aumentado un 30%, según el Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Con las vídeollamadas aumenta el estrés y la ansiedad de los interlocutores por tener una menor percepción de los propios recursos.

La caída de WhatsApp, Instagram y Facebook ha revelado la dependencia,  no solo de los jóvenes, sino de los mayores del móvil. Sin embargo, al contrario de lo que se creía, también los adultos evitan las llamadas y la comunicación directa. En A vivir que son dos días Euskadi, Leire Iriarte, doctora en psicología y profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Deusto, reconoce que son también los adultos los que recurren a las aplicaciones. Considera que esto no es nocivo siempre que no sea la única opción.

Comunicación personal

Maider Pérez Vilarrodona, impulsora de Charlando en el Patio y experta en redes sociales, "la actual Generazión Z, pese a estar multiconectada y ser multipantalla, no sabe gestionar el face to face. Prefieren bloquear a alguien en lugar de hablar en persona. Son nativos digitales y están integrando aptitudes que a nosotros, los boomers, nos pueden costar más. Y, sin embargo, se ha dejado de lado aprender a relacionarse en persona", explica. Considera que esto traerá consecuencias a medio plazo cuando vayan a un proceso de selección, cuando tengan que presentar un trabajo o, simplemente, gestionar emociones con sus iguales".

Julen Linazasoro, fundador de Macsonrisas, "hemos notado que la adopción masiva de la comunicación digital por parte de niños y adolescentes va en detrimento de algunas habilidades sociales como por ejemplo la capacidad de leer el lenguaje corporal".

La falta de herramientas adecuadas de comunicación directa es algo que vienen notando los expetos en oratoria. Lupe del Río, fundadora y directora de OTEC,  Escuela para la oratoria profesional, considera que muchos jóvenes no disponen de recursos para comunicarse con sus iguales. Coincide en que esto puede repercutir en el futuro en las oportunidades profesionales y en las relaciones sociales.