Patricia Guerrero: "Lo primero que hice fue llamar a mi madre y abrazarme a la compañía"

Granada

Te vigila. Va y viene. Es cautivadora. Conmueve. Es un volcán. Sonríe. Cuando ella está ahí arriba es imposible retirar la mirada. Hay tensión. Patricia Guerrero (Granada, 1990) se desliza por los pliegues de su propia piel y dubuja al compás tirabuzones de raza y magia.

Y así desde que era una niña, desde que comenzó con tres años a bailar en la academia de su madre, la bailaora María del Carmen Guerrero; así desde que, escondida entre batas de cola en su Albaicín natal, escuchaba decir a las amigas de su abuela que la niña bailaba requetebién. A los ocho años debutó en público en una actuación en la peña La Platería... y a los 31 ha recibido el Premio Nacional de Danza en la categoría de Interpretación, la más alta distinción que concede el ministerio de Cultura y Deporte para la disciplina de la Danza. Toma ya.

"Me llamó una señora y me dijo que me pasaba con el Ministro, y a partir de ahí ya no recuerdo nada, sólo que empecé a llorar y a llorar", cuenta Patricia durante la entrevisa, relatando el momento en que, estando en Vladivostok, recibió la noticia. "Es una sensación muy bonita, y es como poder decir que todo el esfuerzo ha merecido la pena", añade emocionada. Además, reconoce qu el galardón le llega "en un buen momento porque mi cabeza está en ebullición".

Con 15 años prosigue sun formacion en el Centro de Estudios Flamencos que dirigía Mario Maya, "y en nada estaba de gira, mi primera gira". Pronto llegaron los primeros reconocimientos en Ubrique y en el Festival de Cante de Las Minas, "que como lo gané muy jovencita (2007) ya nadie se acuerda".

Patricia se detiene en la importancia de "conectar con los músicos", en "depurar la técnica para sentir el dominio" y que "todo fluya después en el escenario"; también reflexiona sobre la responsabilidad que siente cuando actúa como solista; y el compromiso permantente con la creación y con el arte cuando diseña los espectáculos para su propia compaía.

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Catedral y Distopía, sus dos creaciones más aclamadas, le iluminan el rostro. Sevilla y Jerez. Granada. Y lo que está por llegar, que es casi todo.

Escucha aquí la entrevista con Patricia Guerrero