Esperando una ambulancia: Tres horas para ir al hospital y cinco horas y media para volver al domicilio
Un paciente de EPOC de grado 4 espera durante horas el traslado en ambulancia al hospital Ramón y Cajal y después el regreso a casa tras recibir el alta
Madrid
La familia de Pedro, de 76 años, un enfermo de EPOC (Enfermedad Eulmonar Obstructiva Crónica) de grado 4 (muy severo) y con movilidad reducida comenzó a llamar a una ambulancia el pasado jueves en torno a las 19 horas cuando vieron que el hombre se encontraba mal y le costaba respirar. Pero, a partir de ahí, "pasaron los minutos y mi padre cada vez se encontraba peor, las pulsaciones las tenía aceleradas y respiraba con mucha dificultad", explica su hija Esther Vivas.
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Hasta alrededor de las 22:30 horas no consiguieron que llegara la ambulancia hasta el distrito de Hortaleza en el que viven y tras varias llamadas. Cuando llegaron al hospital Ramón y Cajal les atendieron y el personal sanitario decidió que se quedara ingresado esa noche. "Todo el trato en urgencias fue excelente y se lo hice saber a la doctora que atendió a mi padre que estuvo visitándonos de manera constante y respondiendo a todas las preguntas que le hacíamos", añade esta mujer.
El hombre se quedó ingresado en el hospital para recibir seguimiento médico. A la mañana siguiente, a su hija le dicen que tras ver los resultados "preferían mandarle a casa con el tratamiento porque en la planta de neumología había un brote de covid y dado que mi padre es un paciente de riesgo no era conveniente que se quedara ingresado". Entonces empieza de nuevo la espera de la ambulancia para regresar a su casa. "Eran las 14:50 y la doctora ya nos avisa de que es probable que la ambulancia tarde mucho porque viene siendo la tónica general en el hospital", añada Esther Vivas.
Pedro pasa unas horas en los boxes de urgencias hasta que se necesita la cama en la que está y le pasan a la zona de prealtas. Allí padre e hija se encuentran con situaciones similares. "Hay una señora de unos 80 años que lleva oxígeno y que está en una silla de ruedas y que lleva allí desde las 12 de la mañana. Otro hombre me dice que él en alguna ocasión ha llegado a estar esperando más de seis horas", subraya Esther. Al final, tras cinco horas y media de espera, consiguen que la ambulancia lleve a Pedro de vuelta. Su hija explica que las familias de otros pacientes se llevaban a los suyos en sus vehículos privados y que ella también lo pensó pero al necesitar oxígeno constantemente su padre lo desestimó.
"Quería denunciar públicamente esta situación porque hay que buscar una solución para que pacientes con movilidad reducida y dependientes de sistemas de oxígeno no sean los grandes olvidados de la sanidad. Es muy duro por la impotencia que sientes de no poder hacer nada, de estar luchando contra empresas que no sé si este mal servicio es por ahorrar pero, desde luego, los pacientes son los que sufren las consecuencias generándoles muchísimo estrés. Los usuarios que lo necesitan es porque no tienen otra manera, de lo contrario no se quedarían esperando a un transporte que se olvida de ellos y les deja aparcados durante horas en la sala de espera de un hospital", concluye la hija de Pedro.
Este servicio de transporte en ambulancias está subcontratado por la Comunidad de Madrid a la empresa Ferrovial. Desde el Summa 112 se limitan a reconocer la demora, dicen que "puntual", y añaden que "no era una emergencia".
Elena Jiménez
Soy periodista desde hace algo más de un par de décadas. Especializada en temas sociales y educativos....