Teruel, la escapada perfecta para quienes buscan sentir y disfrutar la vida

Zaragoza

 Si el otoño es la estación para desprenderse de lo no esencial, si es la plenitud del año y la búsqueda de la calma interior hacia el invierno, la provincia de Teruel es el lugar ideal para encontrarla y sentir  la belleza multicolor de un destino, que es además excepcional por sus contrastes.

Las escapadas en estos meses al sur de Aragón invitan al viajero a deslizarse por sus pistas de nieve en Valdelinares, Javalambre o Griegos. A relajarse entre masajes y aguas termales en los balnearios de Ariño, de Manzanera, o en hoteles y casas rurales especiales y con encanto.

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Es el "Frescalor" y el "Tranquitenso", que como el "Rapilento" y el "Cosmopueblita" turolense sorprenden a quien los sienten por primera vez, lo cautivan y después vuelve.

Bosques y Parques Culturales

En los 14.804 kilómetros cuadrados de distintos paisajes pintorescos de montaña se encuentra la tranquilidad entre sendas y árboles, sumergiéndose en baños de distintos tipos de bosque que trasmiten una calidez especial por la luz otoñal. Los amarillos, rojos, verdes y ocres tiñen las salidas por el Sistema Ibérico turolense, los Montes Universales o los Puertos de Beceite. En los Pinares de Rodeno y en la Sierra de Gúdar no existe ni el tiempo ni la prisa.

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Sobre alfombras doradas y con la banda sonora del del agua discurren los paseos por el curso alto del río Alfambra. Después de su nacimiento en Gúdar y hasta la Hoya de Teruel en Villalba Alta, el viajero tiene ante sí un paisaje histórico y singular. Lo han pintado los llamados Chopos cabeceros del Alto Alfambra, un Bien Inmaterial y único en Europa.

Tradicionalmente, cada uno de esos álamos negros que conforman un Parque Cultural ha suministrado a las familias madera y alimento animal. Por esa actividad agrícola y ganadera han sido moldeados durante siglos. Son arquitectura vegetal, monumentos vivos de los que aprender en familia.

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La provincia de Teruel cuenta con otros Parques Culturales. Los de Albarracín,  Maestrazgo  y el Río Martín. Combinan naturaleza y patrimonio en rutas sencillas, con museos, centros de interpretación y yacimientos de Arte Rupestre Levantino conservados en abrigos de roca accesibles. A estos Parques se unirá próximamente el de Sierra Menera sobre las huellas que dejó la extracción del hierro en las comarcas del Jiloca, Albarracín, y Teruel.

De la profundidad terrestre a la estelar

Desde la antigüedad la economía de esta provincia se ha sujetado en la minería, convertida hoy en atractivo y producto turístico en Utrillas, Andorra, Alloza y Escucha. En esta última localidad se puede descender en carretilla al Pozo Pilar y caminar por sus galerías en una experiencia desconocida y didáctica de unos 75 minutos a 100 metros de profundidad.

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Viajar de la oscuridad a la luz, del fondo de la tierra a los cielos más altos también es posible en Teruel. Aquí se alzan cinco de los seis pueblos más altos de España. En la cúspide Valdelinares, con sus 1.695 metros. Griegos (1.601), Gúdar (1.581). Bronchales (1.575), y Guadalaviar (1.519) que sigue al gerundense de Meranges.

En esta tierra se dan además las mejores condiciones para observar el mayor espectáculo nocturno de la tierra. Es un auténtico privilegio, cuando cada vez es mayor la contaminación lumínica de la esfera. Esta provincia es una de las que cuenta con más certificaciones Starlight de España. Mirar y entender la inmensidad, interpretar nebulosas, constelaciones y estrellas es especial desde lugares de paz como la hospedería Monasterio de Nuestra Señora de El Olivar en Estercuel.

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Si este monumento histórico artístico de la comarca Andorra-Sierra de Arcos acogió e inspiró al dramaturgo Tirso de Molina en el siglo XVII, Galáctica, en Arcos de las Salinas, recibe a astrofísicos de todo el mundo y a todo aquel que de Teruel quiere llegar al cielo desde unas instalaciones semiprofesionales, construidas con fines divulgativos, ambientales y culturales.

Apreciar el silencio y el bullicio

La de Teruel es la provincia española con el mayor número de los llamados "Pueblos Bonitos" de nuestro país. Valderrobres, Puertomingalvo, Albarracín, Mirambel, Rubielos de Mora, Cantavieja, y Calaceite cuentan la historia, que también narran los 23 cascos urbanos declarados Conjuntos Históricos Artísticos por su monumentalidad y por conservar la arquitectura popular. En todos ellos, de diferente manera, se escucha el silencio y suena la vida. Una carretera, la A-1702, conduce al viajero por la llamada The Silent Route, a un entorno agreste y bello, amable e indómito, que embelesa tanto a espíritus sosegados como aventureros.

Y con el otoño, llega a un páramo de las tierras del Jiloca y Daroca (Zaragoza) el bullicio. Lo traen miles de grullas que eligen para descansar de su viaje migratorio la Laguna de Gallocanta.

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Es el principal humedal salino de Europa Occidental. Durante estos meses un verdadero paraíso ornitológico. Un espectáculo visual y sonoro que no hay que perderse, especialmente cuando el sol sale y se pone.

La Laguna del Cañizar, entre Villarquemado y Cella es otro espacio para observar las aves, mientras que la fauna del Sistema Ibérico es perceptible en Tramacastilla, en el Parque La Maleza. Despertar en los más pequeños la curiosidad y enseñarles a valorar la naturaleza son propósitos que se cumplen en estas 23 hectáreas, donde se promueve además la conservación de la fauna silvestre.

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Escaparse a la provincia de Teruel es elegir una tierra de contrastes. Es experimentar. Es sentir en cada uno de sus 236 municipios, en cualquier estación del año y momento vital. ¿Por qué esperar? Si es tu destino pendiente será tu destino preferente.

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