Bilbao compra la finca de Nogaro como "centro de operaciones" de Artxanda
Ha dado luz verde al pago de 1,6 millones a favor de Gestinver
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Palacio de hielo de Nogaro, en Artxanda / Google
Bilbao
La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Bilbao ha aprobado hoy la adquisición mediante compraventa de la finca Nogaro, ubicada en Artxanda, por la que se abona una cantidad de 1.689.470 euros a favor de Gestinver 2013 S.L. Según se explica en una nota el inmueble "reúne las características espaciales, de aparcamiento, centralidad, ubicación y oportunidad de desarrollo" para convertirse en centro de operaciones.
El consistorio llevaba tiempo detrás de esta operación que permite contar con un recinto aprovechando las construcciones existentes, "manteniendo el equilibrio natural y sostenible con los nuevos usos no intensivos".
Es uno de los proyectos estratégicos para el actual mandato de Aburto. Recuperar el pulso de uno de los pulmones verdes de la Villa. En el marco de las diferentes actuaciones del plan de Reactivación, la semana pasada comenzaron las obras del paseo mirador, que transformarán en un vial peatonal la carretera entre Enekuri y Santo Domingo.
Uno de los motores de esa reactivación será la oferta de ocio ligado a la naturaleza y las actividades multiaventura, que todavía están por perfilar. Para ello, el alcalde Aburto apuntaba hace unas semanas en Radio Bilbao que eran necesarios "espacios cerrados para duchas, vestuarios, talleres... Nogaro nos da muchos metros cuadrados y puede ser una infraestructura apropiada para ofrecer esos servicios".
El edificio cuenta con una superficie construida de más de 3.200 metros cuadrados. Consta de un semisótano, planta baja, entre planta y planta primera, dispone de "diferentes espacios multiusos e instalaciones gestionables de manera autónoma, lo que facilita su viabilidad, gestión y mantenimiento".
La parcela cuenta con una importante superficie exterior para actividades y dispone también de un gran número de aparcamientos que permitirán reducir las plazas de parking en el resto del entorno de Artxanda, favoreciendo el crecimiento del espacio peatonal libre. Una vez adquirido el ayuntamiento deberá decidir qué usos darle y cómo gestionarlo.
