El Alcázar vuelve a acoger la muestra de dulces de convento durante el Puente de la Inmaculada
Será entre el 4 y el 7 de diciembre, en horario de 10,00 a 19,00 horas, "mientras haya existencias"
Sevilla
Los Reales Alcázares de Sevilla acogen entre el 4 y el 7 de diciembre, en horario de 10,00 a 19,00 horas, coincidiendo con el Puente de la Inmaculada y "mientras haya existencias", una nueva edición de la muestra anual de dulces de conventos de clausura de la Archidiócesis de Sevilla, que tan sólo se ha visto interrumpida el año pasado como consecuencia de la pandemia.
En la Archidiócesis de Sevilla hay 34 conventos de clausura con 435 monjas. De ellos, 19 conventos exponen sus dulces en la muestra, con un variado surtido de repostería que se concreta en 290 variedades de dulces, lo que equivale a más de 6.000 kilos.
Desde la capital acudirán este año las comunidades de San Leandro (Agustinas), Santa Paula (Jerónimas), Santa Inés (Clarisas), San Clemente (Cistercienses), Madre de Dios (Dominicas), Santa Ana (Carmelitas) y Santa María de Jesús (Clarisas). Por su parte, serán doce los conventos del resto de la provincia con presencia este año en los Reales Alcázares: Jerónimas de Constantina y Morón; Clarisas de Alcalá, Estepa, Marchena, Morón y Carmona; Dominicas de Bormujos, Mercedarias Descalzas de Marchena y de Osuna; Concepcionistas Franciscanas de Osuna y Carmelitas de Utrera.
Desde la organización se ha hecho un llamamiento para que los sevillanos y visitantes vuelvan a dar a la muestra la misma respuesta "masiva" que antes del confinamiento. "Este año volvemos al Alcázar después de dos años muy duros. Hacemos un llamamiento a los sevillanos para que sigan apoyando y ayudando a nuestras monjas con la compra de dulces de navidad que supone un ingreso imprescindible para su sustento", ha recogido el Arzobispado en una nota de prensa remitida este miércoles.
Los organizadores de esta muestra han reiterado que "consumir estos productos es una forma de valorar, conservar y perpetuar el rico patrimonio gastronómico y cultural" de la ciudad. Se trata de unos dulces que cuentan con el sello de calidad 'Ora et labora', ya que cumplen varios requisitos: están hechos en los obradores de los conventos, de forma absolutamente artesanal, y forman parte del patrimonio gastronómico de Sevilla.