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Manuel Jabois: "Todas las grandes decisiones de la vida se toman o se celebran comiendo"

El periodista y escritor participará en el 'Congreso del Bienestar y la Gastronomía. Cocina de Paisaje', que se celebrará en Avilés del 10 al 12 de diciembre

Manuel Jabois: "Empecé a querer Asturias mucho antes de saber casi su existencia"

Manuel Jabois: "Empecé a querer Asturias mucho antes de saber casi su existencia"

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Gijón

Como buen gallego, Manuel Jabois sabe que comer no es solo alimentarse. Es, además una cuestión cultural, un ritual. Asegura que cuando le hablan de un partido de fútbol se le viene a la cabeza lo que cenó aquel día. El periodista y escritor, colaborador de 'Hora 25' y 'El Larguero' en la Cadena SER, habla de la vida, del fútbol, de la cocina y de sus recuerdos de Asturias en conversación con SER Gijón a unos días de desplazarse a Avilés para participar en el 'Congreso del Bienestar y la Gastronomía. Cocina de Paisaje', que se celebrará del 10 al 12 de diciembre.

Todas las grandes decisiones de la vida se toman comiendo. Y comiendo se celebran también desde las bodas a los premios de consolación que son los entierros. En fin, creo que no recuerdo un momento extraordinariamente importante en mi vida en la que no estuviera sentado a una mesa con los cubiertos en la mano. ¡O sin los cubiertos, que muchas veces hay que comer con las manos directamente!

Le leía en una entrevista que hay una asociación de ideas entre su estómago y el fútbol. Que si le recuerdan un partido, se acordaría de lo que comió o cenó ese día.

Sí, como la magdalena de Proust (risas). Lo asocio mucho a emociones. Tengo alimentos 'fetiche' y productos que me han acompañado toda la vida. Algunos no son ya ni políticamente correctos, pero con los que he crecido y a los que no renuncio; cada vez que los como puedo recordar lo que ocurría en momentos en los que los comía. Muchos de ellos eran viendo fútbol, por supuesto.

Como las salchichas...

Los espaguetis con salchichas que me hacía mi abuela cuando llegaba de entrenar al fútbol. Y luego, sobre todo, la panceta. Nosotros teníamos un cerdo en la finca de mis abuelos. Se mataba y se iba comiendo a lo largo del año con cocido. Una de las cosas que me volvía loco era la panceta cruda, sin cocinar. Ni en lonchas. Un taquito de panceta con un cuchilo, un trocito de pan y un vasito de vino tinto (de pequeño, agua). Ahora, que ya no hay cerdo ni hay abuelo, de vez en cuando me doy ese lujo de comprar panceta (ahora hay que comprarla en el supermercado) y recuerdo cuando tenía 8 ó 9 años. Aquello era el chicle de la posguerra: la piel dura, con pelos, del cerdo, que se masticaba.

¿Cuál es su relación con Asturias?

Empecé a querer a Asturias antes de saber casi de su existencia, y no te digo ya de pisar la tierra. En Sanxenxo, de donde soy y donde sigo veraneando, tenía una pandilla de verano con mucho asturiano. Gente de El Entrego, de Sotrondio, de Oviedo... Alberto, David... Éramos uña y carne. Me hablaban tanto de Asturias que empecé a desarrollar una especie de mitología en torno a la tierra antes de conocer a ella. También un gran amigo mío, que jugó muchos años en el Ribadesella, me hablaba maravillas. Luego ya empecé a visitar Asturias y cada año cae alguna visita. Tengo muchos amigos asturianos: Edu Galán, Fran Nixon, Víctor Manuel... Tengo muchos amigos asturianos. En Avilés estuve bastantes veces a propósito del libro 'Nos vemos en esta vida o en la otra', en la que reconstruía la célula asturiana, la célula de delincuentes comunes que ayudó a los terroristas del 11-M.

Como futbolero y madridista, ¿tiene algún recuerdo del Sporting?

Recuerdo a nivel aficionado, a nivel 'cromo'... Se me viene a la cabeza Lediakhov, las extraordinarias hornadas de Mareo: Juanele, Manjarín... Yo tengo una memoria muy 'vintage': recuerdo a Sporting y a Oviedo en la zona alta de Primera División y en Europa. Como madridista, recuerdo los bailes que Juanele le pegaba al Madrid, como el día que Hierro casi le rompe las dos piernas. Y también un golazo de Raúl con el exterior, de vaselina, en El Molinón.

Y de los momentos icónicos de los últimos tiempos, se le vendrá a la cabeza aquella victoria del Sporting de Preciado sobre el Madrid de Mourinho, tras la semana del 'canalla' y todo aquello...

¡Es verdad! Lo que pasa es que yo tengo una memoria muy bien educada y las derrotas procuro formatearlas. Me preguntan por el 6-2 del Barcelona y respondo: '¿6-2? ¿Cuándo? ¿Qué me estás contando?' Pero sí, recuerdo perfectamente aquello de Preciado y Mourinho, aquel partido en el que el Sporting nos pintó la cara.

Aquello acabó en una buena relación entre ambos entrenadores. A veces el roce hace el cariño y el choque incluso puede acabar en una buena relación.

¡Muchas veces pasa eso! Lo deseable sería evitar el choque para llevarse bien, pero ya que hay un choque, al menos hay que tratar de corregirlo. Y en ese caso se corrigió.

Uno de los personajes de 2021 ha sido el seleccionador español, el gijonés Luis Enrique Martínez. ¿Usted le ve más defectos o virtudes?

Yo tenía muchísimos más problemas con el Luis Enrique jugador que con el seleccionador. Como jugador mostraba tanto barcelonismo y tanta rabia acumulada en los clásicos, tras haberse ido del Madrid. Como entrenador siempre me ha parecido un tipo a contracorriente (y, por lo tanto, digno de admirar) tanto en Barcelona, que no es nada fácil, como en la posición de seleccionador, que más bien es un cadalso, porque focalizas el pimpampúm de cuarenta millones de tipos que quieren hacer las alineaciones. Yo defiendo siempre a Luis Enrique, que ha reconstruido una selección dándole muchísimo desparpajo, haciéndola jugar bien y levantar otra vez el entusiasmo en un público que venía de dónde venía, de una generación irrepetible que había levantado dos Eurocopas y un Mundial. Ha tenido la valentía y el coraje de elegir a los jugadores independientemente de las presiones de aficionados y periodistas y, con una generación muy joven, ha llegado a semifinales de un torneo grande (perdiendo con todo el honor del mundo) y con unos futbolistas que tienen mucho futuro. Ha hecho lo más difícil: enganchar a la gente. Tendemos a desconectar de la selección hasta que llega el Mundial cada cuatro años, pero el trabajo sucio se hace ahora.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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