Un museo único en Europa donde solo importa el olfato
Conocemos el Museo de los Aromas de Santa Cruz de la Salceda (Burgos), capaz de experimentar un cambio de cara a cada uno de los visitantes que recibe diariamente
Santa Cruz de la Salceda
Poco a poco se pone fin a noviembre; el mes del enoturismo. Y hoy en nuestro tiempo con la Ruta del Vino nos hemos centrado en un museo único en Europa... ¿y también en el mundo? Eso es, al menos, lo que sostiene Jonathan Talavera, gestor cultural del Museo de los Aromas de Santa Cruz de la Salceda. "Vamos a dejarlo en único a secas. Es incomparable a otros aspectos de ocio que puedan existir. Simplemente la actividad, la acción que da el museo es único. Trabajar con el sentido del olfato y disfrutarlo junto a la memoria, porque por cercanía en el cerebro existe esa relación", explica.
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Un recorrido por el Museo de los Aromas
"Se divide como las estancias de una casa. Primero vamos al jardín con aromas que nos da la naturaleza. Luego vamos a la cocina, vamos a oler café, aceite, hierbas aromáticas que usamos en ella, un guiso... Tenemos una mesa mentirosa, pero no contaré más; tienen que experimentarlo los visitantes. En el salón tenemos una estantería que nos recuerda al amor y ahí jugamos con la memoria, los recuerdos, que depende de la persona nos hacen recordar el amor de alguna forma diferente... Tenemos el colegio, entramos a la habitación y tenemos aromas del recuerdo, de la iglesia, y lo más curioso es la mesa del perfumista, donde podremos jugar con perfumes y esencias", detalla.
La percepción de quienes lo visitan
Pero, ¿qué caras tienen los visitantes de este museo cuando salen de él? "Les cambia la cara. Nos esperamos algo que no pensamos que va a ser así y nos cambia la cara porque la sorpresa es grande", dice, explicando que "estamos volviendo a encontrar nuestro sitio tras la pandemia, y tratando de sacar cosas del turismo que nunca habíamos pensado", pero ironizando que lo que le falta al museo "son más narices, para experimentar y para disfrutar".
"La gente no se explica cómo esto puede estar aquí y cómo no vienen más visitantes, tanto por el museo como por todo lo que rodea en Santa Cruz. Es una suerte que tenemos en la Ribera del Duero, que a parte del museo, el enoturismo y todo lo que rodea al vino -que también se puede relacionar con los aromas del museo- tenemos una gran gastronomía en la que hay que seguir trabajando al igual que un parque natural que tenemos alrededor, como son las Hoces del Riaza", sentencia Talavera, esperando que muchas personas más acudan próximamente a ejercitar de una forma muy original el sentido del que a veces más renegamos, pero que más placer y sensación nos puede otorgar.