La filosofía en las aulas de Euskadi

Bilbao

El profesorado de filosofía, ante el temor de que la nueva ley educativa reduzca las horas lectivas de la asignatura, aboga por reconsiderar la importancia de esta materia. A falta de que el Gobierno Vasco diseñe el currículum y se sepa cómo quedará definitivamente, desde Ágora Elkartea su presidenta Maitane Nerekan asegura que "en la ESO desaparecería casi prácticamente todo lo que se ofrece para la reflexión ética o filosófica. Desaparece la optativa de cuarto de la ESO y también la ética de tres de los cuatro cursos".

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En A vivir que son dos días Euskadi, Ibon Basterrika, profesor de filosofía del colegio Santa María Marianistas de Vitoria-Gasteiz, ha subrayado la importancia de esta materia definiéndola como "la respuesta a la necesidad del ser humano para cuestionar el porqué de sí mismo y aquello que le rodea. Su valor está en su capacidad de repensar". Alexander Saúco, profesor en Aldapeta María Ikastatxea de Donostia sostiene "que los alumnos y las alumnas al principio tienen un concepto de la filosofía como algo un poco inservible o lleno de conceptos abstractos y lejanos al ser humano, pero ahí está la labor del profesorado. Al final, les acaba gustando". También Javier Crespo, profesor de la asignatura en el Colegio Alemán de Donostia, recurre a la "pertinencia más que a la utilidad de esta materia". Afirma que "la filosofía es algo inevitable. Todo el mundo tiene una filosofía". Marina Bicondoa, alumna de segundo de Bachillerato en el mismo centro, asegura "haber encontrado en esta asignatura un espacio donde hallar respuestas a preguntas que todos nos hacemos".

Como una forma a la vez solidaria y accesible de acercar la filosofía, Javier Crespo, junto al alumnado, ha colaborado en la elaboración del nuevo calendario de Juneren Hegoak, asociación guipuzcoana fundada en 2013 que apoya a las familias que están en situación de vulnerabilidad por tener un niño enfermo o que tienen que afrontar el duelo por la pérdida de un hijo (en 2020 atendieron a 15 familias). Maite Gartzia, voluntaria de la asociación, ha mostrado su admiración y su gratitud por la colaboración del centro. "Es fantástico poder escuchar las voces de los jóvenes y los valores que tienen, porque muchas veces no les escuchamos como les tenemos que escuchar. Y este es un proyecto en el que ellos hablan", detalla. Es una forma de aproximar la filosofía a la juventud trabajando valores como la vulnerabilidad o el cuidado. Todo el dinero recaudado con el calendario irá destinado a las familias con las que colabora Juneren Hegoak.