Irungo Harrera Sarea calcula que más de 7.000 migrantes habrán pasado por Irun a finales de 2021
Desde la plataforma, Jon Aranguren pide en los micrófonos de Radio Irun que Ayuntamiento, Diputación y Gobierno vasco sean "más generosos" a la hora de acoger a los migrantes en tránsito
Irun
En un año negro para la frontera del Bidasoa, con seis muertes y un suicidio de migrantes que buscaban cruzar la muga entre España y Francia, Irungo Harrera Sarea hace balance de la marcha de este último año en el territorio. Según Jon Aranguren, portavoz de la red ciudadana de acogida en Irun, "2021 va acabar con más de 4.000 personas atendidas por la red", pero esas cifras hay que casi duplicarlas por el resto de migrantes a los que no llegan los voluntarios irundarras, "por lo que serán aldededor de 7.000 las personas que acaben pasando por Irun a lo largo de este año".
En un momento en el que, según el diario Sud-Ouest, Francia investiga si los cuatro migrantes atropellados en Ziburu por un tren fueron envenenados, la red de acogida de Irun considera que se está convirtiendo al Bidasoa "en otro cementerio". "Cuando hablamos con los migrantes —apostilla Aranguren— siempres les pregunto: '¿Hay aquí algún nadador olímpico?, ¿no? Pues entonces no crucéis el río".
La pedagogía es fundamental, "porque esta gente se ha cruzado el Atlántico o el Mediterráneo y, cuando llegan aquí, se piensan que el Bidasoa es un charco porque la frontera está a la vista". En un momento en el que Francia ha vuelto a renovar sus controles fronterizos para los próximos meses son muchos los migrantes expulsados por la Gendarmería francesa cuando cruzan la frontera por los pasos seguros. "Muchos de ellos al final se desesperan y se lanzan al río", un cauce peligroso que se ha cobrado ya la vida de tres migrantes a su paso por Irun.
Los criterios de acogida hacen que muchos migrantes, al haber sobrepasado el tiempo en el que el Gobierno central los considera como personas "en tránsito", no puedan ser admitidos en el albergue que la Cruz Roja tiene en Hilanderas. Durante el verano, la red de acogida habilita tiendas de campaña para que pasen la noche, pero ahora, con el frío y 18 días seguidos de lluvia, los voluntarios están acogiendo a migrantes en su propia casa.
Por eso, "aunque el principal causante de esto es el Estado francés, la Unión Europea y, en parte, el español", Aranguren pide "más generosidad" a los ejecutivos autonómicos, foral y municipal: "que no sean ruines en la acogida de esta gente y que sean generosos con esas dos o tres personas que cada día se quedan en la calle".
José Manuel Navarro
Periodista e historiador. Murciano. Ahora aquí y en Crónica Vasca. Antes, en Radio Bilbao, Radio Murcia...