El monumento a Cervantes y otras obras de Coullaut-Valera
Se acaba de inaugurar la plaza de España en el centro de Madrid y a pesar de los cambios, el monumento que sigue dando seña de identidad a este espacio urbanístico es el dedicado a Cervantes, obra del escultor Lorenzo Coullaut-Valera y del arquitecto Rafael Martínez Zapatero
El monumento a Cervantes y otras obras de Coullaut-Valera
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Madrid
Cuando estaba en el colegio, siendo niño, en el Instituto José Zorrilla de Valladolid, me tocó leer la obra de Juan Valera, Juanita la Larga. Realmente me fascinó y, al contario de lo que había sucedido con otras lecturas obligatorias del bachillerato, la leí con deleite y fruición y, es más, la volví a releer años después. Pasados unos años me encontró con el sobrino de Juan Valera, Lorenzo Coullaut Valera, un escultor sevillano pero que trabajó especialmente en Madrid, donde nos ha dejado obras de mucho valor. Hijo de un ingeniero de origen francés y de una sevillana, en 1928 erigió un monumento a su tío en el Paseo del Prado.
La obra de Coullaut Valera
En 1916, tras el 300 aniversario de la muerte de Cervantes se organizó en Madrid un concurso para levantarle un monumento y colocarlo en la recientemente inaugurada Plaza de España. El proyecto presentado por Lorenzo y el arquitecto Rafael Martínez Zapatero se llevó el primer premio y pronto comenzaron a trabajar en él.
Dejando de lado los consabidos cambios que este tipo de proyectos siempre tienen, el monumento a Cervantes es, aunque ahora parece que a muchos les da vergüenza reconocerlo, reflejo evidente de la importancia del español y la Historia de España en los últimos cinco siglos. El monumento está coronado por una bola del mundo que representa la difusión del español por los cinco continentes. Delante de la figura de Cervantes vemos un conjunto de esculturas de bronce en donde don Quijote y Sancho Panza parecen comenzar una nueva aventura. Otras esculturas son la Realidad y la Ficción, haciendo alusión a la importancia de la labor creadora de Cervantes y la imagen de Isabel de Portugal, que, no sé por qué, yo siempre pensé que se trataba de Dulcinea del Toboso hasta que solventé mi error en un libro de Lorenzo Coullaut-Valera.
En el campo de la escultura siempre estuvo muy vinculado a la literatura, quizá por su tío Juan Valera. Y es que hay otros monumentos importantes de Lorenzo Coullaut-Valera como el de Gustavo Adolfo Bécquer en Sevilla, o los del poeta Ramón de Campoamor y el novelista José María de Pereda también en Madrid. Pero este artista fue mucho más. Las ilustraciones de estilo modernista que publicó en Blanco y Negro, por ejemplo, son extraordinarias.