Ha pasado mucho tiempo

El comentario de Ana Castaño en 'La Ventana de Asturias' (17/12/2021)
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Asturias
Ha pasado mucho tiempo desde que, dos veces al año, viajaba desde mi pueblo, Sanzo en el concejo de Pezos, a Xixón. El viaje era largo, empezaba en la mañana, si la memoria no me falla, sobre las nueve y tras innumerables paradas y un cambio de autobús en Uvieu, llegaba a destino, no antes de la cuatro de la tarde. Con el tiempo, al venir en coche –el clásico seiscientos- el viaje se acortó un poco; eso sí, siguió sometido incertidumbres: nunca se sabía si una nevada impediría atravesar el puerto de El Palo.
En ocasiones, mis viajes tenían otro destino: Tuña o La Espina, lugares de origen de mis padres, y siempre en esos trayectos, mi madre recordaba como en su juventud, ante la falta de transporte público, tenía que recorrer a pie varios kilómetros y esperar a que uno de los camiones que transportaban el carbón de la minas de Cangas la acercara a su destino.
Si les cuento esto, no es porque me haya puesto melancólica con la proximidad de la Navidad.
Comparto estos recuerdos porque aun hoy, cincuenta años después, una parte del occidente asturiano sigue teniendo importantes problemas de comunicación.
Evidentemente no son iguales que en aquellos tiempos, ¡solo faltaría¡ pero ahí está la repetida reclamación de mejora de la carretera que une Grandas de Salime con Boal. Un trayecto en plagado de curvas, con escasa seguridad y con problemas de conservación, y que vistas las cuentas presentadas por el Consejero de Medio Rural seguirá igual en 2022.
O los nombres de Tuña y La Espina que han aparecido estos días en las noticias, ya que a consecuencia de un argayo, los vecinos de la villa de Riego han tenido que recorren 25 kilómetros por carreteras en mal estado para acercarse a lo que antes estaba a solo cinco minutos y La Espina que se ha convertido, de nuevo, en paso obligado para desplazarse al centro de Asturias.
Asturias es mucho más que las calles Corrida o Uría, que los parques Dorado o Ferrera, aunque en muchas ocasiones parece que se nos olvida y por eso, en este comentario, vaya el mío recordo pa a xente d´occidente.




