La ira contenida de una sanitaria madrileña: "Imagina lo que siento con el trenecito, y yo con el EPI puesto"
Una trabajadora de un centro de salud de Fuenlabrada protesta ante el estado de la atención primaria
Raquel Collado, médica en Fuenlabrada
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Madrid
El agotamiento de los sanitarios durante la pandemia no ha terminado. Al contrario, como aseguran algunos, es precisamente ahora con la nueva cepa de la COVID-19, Ómicron, con la que muchos profesionales tienen más trabajo que nunca. La elevada cantidad de pacientes, acompañada de las numerosas bajas por contagio, provocan una saturación de centros de salud y hospitales que denuncian los sanitarios.
Sumada a la saturación de los centros de salud, muchos profesionales denuncian las actitudes incívicas de parte de la población que, en plena sexta ola, no guarda las medidas de seguridad contra la nueva cepa. Un caso muy concreto es el de la médica de Fuenlabrada Raquel Collado.
La profesional sanitaria, denuncia estar desbordada por la cantidad de pacientes que reciben estos días y las pocas manos con las que cuenta el centro para poder atenderles. "En el marco de la normalidad y de la libertad que vivimos en Madrid, tenemos los centros desbordados. Lo digo por experiencia. Ayer mismo, martes, atendimos a 268 personas en la sala covid. Dentro, en la zona limpia, a 500 personas y estamos la mitad de la plantilla. Deberíamos ser quince y somos cuatro de mañana y otros cuatro de tarde", dice indignada.
Sin embargo, una de las principales quejas de esta médica tiene que ver con un tren navideño que recorre la ciudad de Fuenlabrada y que cuenta con una parada frente al centro de salud donde ella trabaja. "Tenemos frente al centro de salud un trenecito navideño para amenizar a los vecinos, pero es que pasa por delante del centro y te puedes imaginar cómo nos sentimos los sanitarios, que llevamos con el EPI desde las 8 de la mañana, cuando vemos el jolgorio y a la gente divirtiéndose y burlándose del trabajo que hacemos en el centro de salud", dice Collado.
"A los profesionales sanitarios nunca nos ha costado trabajar. Sabemos que es lo que nos toca hacer, estar en pie de guerra. Pero es difícil trabajar con esta normalidad está en las calles", dice la médica, indignada.
