El covid crea un cisma en las familias
No hablemos ya de incorporar al tradicional amigo llegado de fuera a las celebraciones hogareñas

"La línea roja" de Matías Vallés (29/12/21)
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Palma
El covid está siendo tan dañino para la unidad familiar en Navidades como un cuñado con soluciones para todo.
O como la polémica sobre si se dice mallorquín o catalán.
Estadísticamente y conforme se propaga ómicron, todas las familias tienen un contagiado en activo.
Como mínimo, cada unidad familiar cuenta con varios miembros que son contacto estrecho de contagiados de su oficina.
Por no hablar de algún primo antivacunas.
Y ahora viene la pregunta fundamental, ¿deberían los allegados bajo sospecha compartir las comidas y encuentros que caracterizan a las Navidades?
La crisis ensombreció las reuniones de Nochebuena y Navidad, y ahora se recrudecerá en el cambio de año.
No hablemos ya de incorporar al tradicional amigo llegado de fuera a las celebraciones hogareñas.
Ni de los familiares que tienen nueva pareja sentimental, que ahora ya no es sospechosa por los motivos habituales sino por su estado epidemiológico.
Los test de antígenos se han convertido en la solución de emergencia, pero no queda muy clara una familia en que sus miembros se frotan el interior de la nariz antes de cada encuentro.




