El CDN afirma que la agroindustria está acelerando la devastación del territorio de Caravaca

Jumilla

El Consejo de Defensa del Noroeste ha hecho valoración del año que acabamos de dejar atrás. Un 2021 al que afirman se han podido contemplar atónitos durante la más clamorosa y descarada destrucción física de grandes áreas del término municipal de Caravaca, sin que, aseveran que, "SEPRONA, Ayuntamiento, Guardería Fluvial, ni ninguna otra autoridad haya movido un dedo para evitarlo".

El portavoz de este colectivo, Bernardo Robles, ha pasado por el programa Hoy por Hoy Arco Norte' de la Cadena SER, donde ha explicado que, en los alrededores de La Encarnación, se ha llevado a cabo un desmonte descomunal (iniciado con una simple solicitud de obra menor) rebajaba una elevación moviendo miles de metros cúbicos de tierra, que luego fueron a parar a las calles y casas de esta pedanía tras una inoportuna tormenta. Lo mismo sucedió, explican desde el Consejo, en la valoración que hacen de este pasado año, en agosto de 2018 en Las Noguericas (Archivel) tras otras roturaciones en el Roblecillo. Este desmonte se une a los de años anteriores en la zona de Los Campillos y en Casa Alta, donde decenas de hectáreas de cultivos tradicionales son allanadas. A la agroindustria el paisaje tradicional de ribazos y hormas, que han protegido el suelo y evitado la erosión durante cientos de años, le estorba. Lo mismo ha pasado en la Cañada de Tarragoya, donde las hormas de piedra que protegían el suelo frente a las avenidas, que probablemente deberían ser protegidas por ser un elemento hidrológico, etnográfico y cultural ancestral, han sido arrasadas sin piedad por esta agroindustria. No hay constancia de denuncias ni acciones de la Guardería Fluvial. Es previsible que la próxima avenida de la cañada en lugar de depositar suavemente los limos arrastre cauce abajo grandes cantidades de suelo cargado de nitratos, afirman.

Otro asunto que han puesto de manifiesto es la expansión de los parrales con umbráculo, un cultivo industrial que llena el territorio de hormigón, plástico y alambres, y el aire de una nube pestilente y tóxica con los productos químicos que usan para los tratamientos fitosanitarios. De nada han servido las quejas y denuncias de la Asociación de Vecinos de Archivel, donde llegan con gran intensidad bocanadas de estos vapores venenosos. En Cañada del Charco otras 90 hectáreas de parrales se unen a las 150 de Las Oicas (robadas en parte al monte y al secano) y a las enormes extensiones que usurpan la Cañada de Los Derramadores y la falda de la Sierra de Mojantes.

En lo que se refiere a la ganadería intensiva de porcino, en este pasado ejercicio se han presentado al menos 5 proyectos de explotación para el término de Caravaca que llegan a unos 6000 cerdos y 8000 lechones, convenientemente fraccionados en proyectos de 1999 cerdos para evitar su evaluación ambiental. El tsunami porcino se dispara como si fuese una pandemia. Cañada del Charco, Loma de Banderas, Paraje de La Carrasca, Lomas de Gadea y Las Oicas. Según apuntan desde el Consejo de Defensa del Noroeste, esta última finca es la misma de los

parrales antes mencionados y merece detenerse un momento en ella. La granja está funcionando de forma ilegal desde 2002 y a pesar de los informes contrarios tanto de la oficina técnica del Ayuntamiento como de la Confederación, el Ayuntamiento de Caravaca ha hecho dos modificaciones del Plan General ad-hoc para legalizar su situación y parece estar haciendo todos los malabares administrativos posibles no solo para legalizarlas, sino para concederles una ampliación de 5632 cerdos más, señalan.

Si el territorio se trata así, ¿qué podemos esperar del agua? se preguntan. El caudal de los manantiales está en un declive desolador. Lógicamente, las más afectadas se encuentran en las zonas más ocupadas por la agroindustria. La fuente de Pinilla, de 10 litros por segundo a 2, la de Ojos de Archivel, de 80 a 35, Guarinos, de 40 a 15, Singla, de 35 a 10, Mayrena, de 100 a 40, Cortijo de Moya, de 50 a prácticamente 0.

Según ha explicado Bernardo Robles, no solamente el caudal, la calidad de las aguas está empeorando alarmantemente. Este año el Consejo de Defensa del Noroeste ha estudiado la contaminación de los manantiales y de los ríos Argos y Quípar, con mediciones propias y con datos de la CHS, y los resultados no pueden ser peores. Prácticamente todos los manantiales que drenan el acuífero Sima, el más explotado por la agroindustria, tienen más de 50 mg/l de nitratos, que es el valor a partir del cual se considera contaminado. "Es decir, el agua ya brota contaminada, lo que indica claramente que el acuífero en su conjunto lo está. De este acuífero se nutre el río Quípar, donde hemos medido hasta 100 mg/l de nitratos este verano, lo que deja al río muy cerca de los niveles de contaminación de la Rambla del Albujón, cuya contaminación ha sido clave en el desastre ambiental del Mar Menor. El río Argos no está mejor. Hay algunas mediciones oficiales en Las Oicas de Abajo (¡cómo se repite este topónimo!) de hasta 187 mg/l".

La Universidad de Murcia, a petición del Consejo de Defensa del Noroeste, estudió la calidad biológica de las aguas del río Quípar y Argos mediante una técnica científica que determina un índice numérico (de 0 a 10) en función de las comunidades de macroinvertebrados encontradas. Como era de esperar el río Quípar tiene un estado deficiente (2,8 sobre 10) y el Argos moderado (4,3 sobre 10). con lo que la conclusión final es que los dos principales ríos de la comarca se están quedando vacíos de vida.

El Consejo de Defensa del Noroeste, dentro de sus posibilidades, ha intentado hacer reaccionar a las administraciones y a la población en general ante tan negro panorama. El 4 de julio organizó una marcha por Archivel y la zona de Las Oicas para denunciar públicamente la situación. Se han presentado numerosos escritos ante todas las administraciones, ante la fiscalía, notas de prensa, entrevistas con los organismos implicados, difusión en las redes sociales, entrevistas con asociaciones de vecinos, etc. "Continuaremos con esta labor a pesar de la obstrucción, el menosprecio y el intento de ninguneo que tratan de hacer algunos organismos hacia este movimiento social, en particular el Ayuntamiento de Caravaca, que una vez más muestra una sumisión abyecta a los intereses de estas empresas, olvidando los verdaderos intereses de los ciudadanos que les han elegido, que pasan por hacer cumplir la ley y por preservar en cantidad y calidad los recursos naturales como el suelo fértil, agua, paisaje y biodiversidad, para esta y para las siguientes generaciones", han aseverado.