"Los constantes cambios en el gobierno regional trasladan una imagen de falta de confianza"

Logroño

Desde primera hora de la mañana, María Somalo, hasta la fecha directora general de dependencia, es la nueva consejera de Salud del Gobierno de La Rioja. Accede a esa responsabilidad tras el cese de Sara Alba. Un cese que ya adelantó esta emisora el pasado día 5.

Es una nueva cruz en una foto que seguramente recordarán y que mostraba a un ilusionado equipo de gobierno al inicio de la legislatura en las escaleras de acceso al palacete regional. En ella aparecía la presidenta del ejecutivo rodeada por un cuadro de consejeros que, en tan solo dos años, media legislatura se ha quedado precisamente en eso, en cuadro.

Solo hay tres supervivientes. Celso Gonzalez, consejero de Hacienda, Eva Hita, consejera de agricultura, y Raquel Romero, consejera de igualdad y personaje intocable por cuanto de su presencia en ese puesto depende la propia goibernabilidad de la comunidad autonoma.

Desde luego es llamativo, pero lo es aún más observar como los ceses de los primeras espadas desencadena una cascada dec cambio que salpica de lleno a las escalas intermedias.

Hay un dato que resulta demoledor. Y es que de los 58 altos cargos que comenzaron la legistalura, 47 ya no continuan al frente de sus responsabilidades. Bien es cierto que de esos 47, 12 han sido reubicados, pero el resto, son más de 30, han recibido la carta de cese o han dimitido. Y a eso hay que sumar el baile de los puestos de confianza que genera cada cambio de titular.

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El politólogo riojano Pablo Simón considera que los cambios tienen que ver más con una falta de confianza que con una intención de restructurar el ejecutivo.

Para Simón, este proceso no ofrece nunca una imagen positiva y "tiene que ver siempre con la falta de recambios o la rivalidad política".

Simón asegura que lo que le interesa ahora al gobierno es precisamnete lo contrario, transmitir estabilidad de cara a una carrera electoral que ya ha comenzado.