Iván Fernández como emblema de los valores en el deporte de base

Iván Fernández Anaya marcó época un 2 de diciembre de 2012 cuando, compitiendo en Burlada (Navarra) avisó a un rival de que no había cruzado la pancarta de meta. El keniano Abel Mutai había sido superior al vitoriano pero se frenó tras pasar por debajo de la primera pancarta. Y no era la de meta, que se encontraba a 30 metros de distancia. “Me paré, le avisé de su error y entró por delante de mí, que era lo justo porque había sido mejor que yo. ¿Qué sentido tenía llevarme yo la carrera? Habría sido como engañarme a mí mismo”, asegura el alavés. Lo cierto es que ese gesto deportivo le convirtió en referente internacional del Fair-Play. “Estuve en Dubai y me reconocieron esa decisión. Estoy muy orgulloso por la decisión que tomé. El otro día charlé con Mutai, que ahora lleva la gestión de una escuela de atletismo y, como se cumplen diez años, seguramente acuda a algún acto para conmemorarlo. Como además es la Expo de Dubai, aprovecharemos para celebrarlo de alguna manera”, añadió Iván Fernández Anaya, que este mes de enero ha colaborado con el programa de SIMA Informática para ensalzar los valores en el deporte de base y escolar. “Me emociono escuchando a Iván, es un referente claro. Casi me cuesta hasta hablar. Estar en una competición profesional, jugarte una victoria e incluso un premio económico y avisar al rival de que se ha equivocado es algo que le hace muy especial”, comentó Ángel Rituerto, de la empresa informática. “Creemos que la pandemia, en cierto modo, ha venido bien a nuestro sector porque mucha gente se ha quedado en su casa, han proliferado las reuniones on line y ese tipo de cosas. En SIMA Informática consideramos que tenemos que devolver algo a la sociedad y este plan que estamos desarrollando nos encanta, nos hace sentirnos orgullosos en cierto sentido”, dijo. Iván vuelca toda su filosofía en la Escuela de Atletismo El Prado, que entrena todos los martes y jueves en Mendizorroza. “Lo primero es la educación en el respeto, en los buenos valores, en no hacer trampas ni obsesionarse con que lo importante es ganar. No sólo tenemos que inculcar nuestro modelo a los hijos y las hijas sino que también a los padres, a los que también proponemos entrenar. Los monitores tenemos las cosas muy claras y, por ejemplo, si un atleta se adelanta en la línea de un relevo, le corregimos y le llamamos la atención. La idea principal es que no tienes que hacer a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti. Empezamos hace año y medio con trece chavales y chavalas y ahora tenemos 230”, sentenció el atleta.