La Bultzada denuncia la brutal agresión que sufrió de la Policía en Villarreal

San Sebastián

La clasificación para la Europa League de la Real Sociedad en La Cerámica tuvo un punto negro que tiene difícil explicación. No se entiende que la violencia siga tan presente en el mundo del fútbol, sea por disputas entre aficionados, por seguidores que interpretan mal el concepto de animar a su equipo, o porque la Policía se emplea de una manera desmedida sin aparente justificación. Esto último es lo que denuncian desde la Bultzada Txuriurdina, el grupo de seguidores de la Real más animoso. Algunos de sus miembros regresaron de Villarreal con politraumatrismos de diferente tipo, entre los que destaca por ejemplo un seguidor al que le rompieron el brazo y otro al que le abrieron literalmente la cabeza con una importante brecha que necesitó de diez puntos de sutura.

La Bultzada califica la actuación de la Policía Nacional en el Villarreal de “caza de brujas”, sosteniendo que les tendieron una trampa y que todo empezó de manera injustificada, sin mediar ningún tipo de provocación o altercado. Los vídeos que se pueden ver en las redes sociales nuestras claramente el ímpetu con el que se emplearon los agentes con sus porras con los seguidores de la Real, con actitudes difíciles de entender al seguir golpeando a personas que estaban tendidas en el suelo indefensas y sin posibilidad de protegerse. Evidentemente, en esos vídeos no se muestra el origen de los altercados, que no dejan de sorprender porque Villarrreal es una plaza amable para los seguidores de la Real, al no haber apenas rivalidad entre sus aficiones. En ese sentido, las versiones de los seguidores de la Real y la que la Policía Nacional no coinciden en nada. Puestos en contactos con la selección de Valencia del Cuerpo Nacional de Policía, señalan que a los agentes no les quedó más remedio que actuar ante “las provocaciones, exaltación del terrorismo y lanzamiento de objetos contundentes por parte de un grupo de seguidores de la Real que iban con la cara tapada”. Se procedió a la detención de cinco personas de entre 23 y 39 años a los que se tomó declaración y después se puso en libertad. Nada dicen de la fuerza desmedida con la que parecen emplearse en los vídeos hechos públicos en las redes sociales, señalando que se siguió el protocolo de este tipo de casos.

La Bultzada, por el contrario, explica unos hechos que nada tienen que ver con esta versión. Señalan que no hubo ningún tipo de provocación por parte de sus miembros, ni de ningún otro aficionado de la Real. Todo comenzó porque les pidieron identificación al salir un establecimiento de hostelería, y la preguntarles la razón, comenzaron a golpearles con las porras, según denuncian desde Bultzada, que asegura que lo peor llegó después cuando “la policía comenzó a golpear con las porras y a usar spray de pimienta en una calle en la que cerraron el paso”. Bultzada añade que los hechos fueron más graves, porque, incluso, había niños y mujeres en la expedición y que al final no pudieron entrar en el estadio a pesar de haber recorrido 100 kilómetros para animar a su equipo en un partido crucial.

Los peñistas de la Real acompañan su comunicado colgado en redes sociales con imágenes que muestras las consecuencias de los golpes recibidos por la policía, con traumatismos provocando por las porras en diferentes zonas del cuerpo, un brazo roto y una herida muy fea en la cabeza. Cuatro aficionados de la Real tuvieron que ser evacuados al hospital para recibir atención médica, y aunque pidieron volver con el resto de la expedición en autobús, han tenido que volver al médico para ser atendidos y recibir su diagnóstico. Los hechos ocurrieron antes del comienzo del partido entre la Real y el Villarreal en la Calle Molí Bisbal, pegada a La Cerámica, y ha sido desvelado por varios vídeos publicados en redes en los que se ven a aficionados de la Real preguntando a gritos a los agentes de la Policía que se empleaban con bastante violencia: "¿Qué hemos hecho?". Sea como fuere el origen del suceso, las imágenes son realmente duras y dan miedo, pensando que podía haber pasado algo bastante peor.