A menos de 40 kilómetros de la frontera nos espera una ciudad sorprendente
Bayona nos atrapa, con su historia, monumentos, sus calles llenas de vida y su gastronomía
Irún
Cruzamos hoy la frontera en este SER Viajeros Euskadi, pero sin recorrer una gran distancia. No vamos a necesitar ni pasaporte, ni subirnos a un avión, para acercarnos hasta la localidad vasco francesa de Bayona, algo que nuestro bolsillo va a agradecer porque podemos ir en nuestro propio vehículo sin realizar un gran gasto.
Situada en la región de Nueva Aquitania, en la confluencia de los ríos Nive y Adur, en el departamento de los Pirineos Atlánticos, esta ciudad de casi 52.000 habitantes nos va a cautivar desde el principio, gracias a su historia (fue fundada en la época romana), a sus monumentos, y a sus barrios y calles plagadas de comercios de gran calidad en los que podremos comprar productos tan icónicos de la zona como el jamón de Bayona o el chocolate,.
María José Noain Maura, arqueóloga, antropóloga y divulgadora cultural, entre otras cosas, nos descubre detalles de este municipio que aunque está a un paso, hay mucha gente que todavía no conoce. "Es más habitual ir a San Juan de Luz o a Biarritz, pero es una visita que yo recomiendo incluso para pasar una tarde", comenta.
Viajamos a la localidad vasco frances de Bayona de la mano de María José Noain
Bayona se fundó en época romana y cuenta con un patrimonio histórico muy rico y con importantes monumentos, entre los que destacan las fortificaciones de Vauban en época de Luis XIV, el Chateau Veiux, el Chateau Neuf y por supuesto la Catedral de Santa María. Pero sin duda, lo mejor es perderse por la ciudad, ir callejeando para disfrutar con esa arquitectura tradicional que conserva su trazado medieval.
Y para el final el avituallamiento. En Bayona no puede faltar el jamón, y mucho más recomendable: el chocolate. ¡Qué aproveche!.