La sequía en Euskadi obliga a ganaderos y agricultores a utilizar forraje de invierno
La falta de precipitaciones desde primavera ha provocado el uso prematuro del alimento almacenado, lo que incrementa los costes de producción
Bilbao
Es práctica habitual utilizar el forraje almacenado para el invierno dependiendo de la situación de los pastos en verano. Pero este año las precipitaciones han sido menores en primavera, y las dos olas de calor de al menos una semana en Euskadi han adelantado notablemente el uso de este forraje reservado para cuando el pasto esté inaccesible en invierno.
El responsable de ganadería del sindicato EHNE, Alberto Llona, se muestra preocupado: "Los efectos más grandes se suelen dar normalmente en septiembre u octubre, pero en este momento estamos en agosto y los ganaderos están tirando de forraje guardado para el invierno". La situación podría mejorar si el otoño es lluvioso, pero por el momento los pastos están amarillos, especialmente en las zonas de Karranza y Aralar según Llona.
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A los costes de producción, como tener que desplazar el forraje, se les suman los costes derivados de la inflación y el precio de la energía. César Valera, ganadero y productor de leche ecológica, se enfrenta a la dificultad adicional de tener que utilizar al menos un 70% de forraje propio para su ganado. "Una vez que empezamos a dar a los animales comida almacenada de primavera a verano, para nosotros empieza el invierno. Ha empezado hace un mes o más —explica Valera—. Utilizar forraje almacenado tiene unos costes más altos".