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JUICIO

El asesino de Abanto reconoce el doble homicidio: "Ellas no iban a poder aguantar sin mí"

La Fiscalía pide para el acusado 24 años de cárcel por la muerte de su mujer y 23 por el de su hija, por los delitos de asesinato con alevosía, el agravante de parentesco, así como de género

El acusado (d) del homicidio por matar a su mujer y su hija en 2020 en la localidad vizcaína de Abanto y Zierbena, escucha la lectura de la secretaria judicial este martes al inicio del juicio en Bilbao con los informes previos y la declaración del acusado. / LUIS TEJIDO (EFE)

Bilbao

El acusado de asesinar a su esposa e hija en Abanto en marzo de 2020 ha reconocido haberlas matado porque "no aguantaba más" y pensaba suicidarse, y "ellas no iban a poder aguantar sin mí" y "no quería que sufrieran".

"Yo soy culpable", han sido las primeras palabras de F.M.S., al sentarse a declarar ante el tribunal en la primera sesión del juicio en la Audiencia de Bizkaia, donde además ha manifestado su arrepentimiento.

Sin embargo, ha descartado que hubiera sometido a las víctimas a una vida de dominación y ha negado que fuera autoritario, machista y agresivo, como le han presentado las acusaciones que piden para él hasta 50 años de cárcel.

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Durante casi dos horas, el acusado ha declarado sereno, detallando con frialdad los detalles de cómo cometió el doble crimen y solo ha roto a llorar al final. "Yo no tengo futuro" ha asegurado tras reiterar que su único deseo es ahora, como entonces "acabar con todo".

Según ha relatado que el 10 de marzo de 2020 llegó a casa tras haber bebido varias botellas de vino y vio "dos mazas en la cocina y a mi mujer dormida, y vi una luz y una sensación de inevitabilidad". "Sufrí un brote psicótico y las maté" aunque realmente llevaba semanas pensando en suicidarse, ha asegurado.

Las acusaciones comparten el relato de la Fiscalía de que el acusado golpeó con una maza de 8 kilos en la cabeza a su esposa, le tapó la boca con un trapo y la degolló con un cuchillo, lo que le causó la muerte.

A continuación, fue a la habitación de su hija, le ató las manos con una brida y también le golpeó la cabeza con el mazo por lo que sufrió el estallido del cráneo, y después le cortó el cuello con un cuchillo de sierra.