Los hogares vascos, "francamente pesimistas" ante la trayectoria inflacionista: los niveles se sitúan en los años de la pandemia
Según el estudio de confianza de Laboral Kutxa para el tercer trimestre de 2022, la confianza de los hogares vascos se sitúa en -22, frente al -7 de los tres meses anteriores
Los hogares vascos "francamente pesimistas" ante la trayectoria inflacionista
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Los hogares vascos son "francamente pesimistas" y se muestran preocupados ante un otoño dominado por la trayectoria inflacionista que ha justificado la subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo, según el estudio de confianza de Laboral Kutxa para el tercer trimestre de 2022.
La confianza de los hogares vascos se sitúa en -22, frente al -7 de los tres meses anteriores, lo que ahonda su pesimismo, un sentimiento que va en convergencia con el conjunto de España (-33) y en la Unión Europa (-27).
Los vascos tienen unas expectativas negativas sobre la evolución de la economía general (-37) y de la del hogar (-25), y también son pesimistas sobre la evolución del desempleo (-18) y su capacidad de ahorro (-6).
Además muestran una negativa valoración del momento actual para la realización de grandes compras (-37), que ya ha reducido las expectativas para su realización (-14).
Compra de vivienda y vehículos
Sin embargo, la expectativa de compra de vivienda y de vehículo se mantiene en niveles débiles. El aspecto en el que más pesimistas se muestran es en el de la evolución de los precios (-57), que registra en este tercer trimestre de 2022 uno de los peores resultados de los últimos años.
En conclusión, Laboral Kutxa cree que los hogares vascos anticipan la merma en su capacidad de gasto y de ahorro, a lo que se suma el encarecimiento de la financiación, factores que dificultarán las decisiones de grandes compras e inversión.
Una crisis tras otra
El sociólogo de la UPV/EHU, Igor Ahedo, contextualiza que las vivencias cotidianas y los impactos que recibimos contantemente generan incertidumbre". En 2022, la sociedad tiene "un aprendizaje" después de pasar por la crisis de 2008 y las sucesivas. "Vivimos en un contexto en el que la crisis no es un momento entre escenarios de certidumbre. Lo raro es encontrar certidumbre en un periodo en lo que todo son crisis: financiera, económica, altas tasas de paro, una pandemia, una guerra y un escenario endiablado en términos políticos", sentencia.
En una entrevista en Hora 14 Euskadi, explica que "los datos macroeconómicos están bastante desacoplados de las vivencias cotidianas de la ciudadanía. Ese desacople entre los datos macroeconómicos a futuro y las realidades inmediatas nos sacuden de forma inmediata". Es más: "Los aspectos buenos tardan en sedimentar; los malos nos impactan inmediatamente".