La pájara de Bilbao Basket

Ponsarnau está preocupado. Su equipo no funciona. Hay jugadores a los que se les nota la frustración. Lo reconoce su propio entrenador. El equipo está mal, sobre todo después del partido contra el Murcia en Champions. Son tres derrotas seguidas, pero lo peor es la sensación de brazos caídos que ha dejado el equipo en sus últimas actuaciones. La explicación la ha encontrado en Indurain y su pájara en los Arcs el Tour de 1996.

Y ¿cuál es la receta para superar la 'pájara' que atraviesa?, pues "actitud y baloncesto". Ni más ni menos. "En lo mental pocas cosas nos quedan por hacer más que buscar en el propio baloncesto la forma de corregirlo. Tenemos jugadores a los que se les nota mucho la frustración y eso lo estamos intentando atacar. Estamos encontrando defensas ante las que la inspiración es importante y ahora tenemos menos jugadores inspirados", admitió.

Ponsarnau conoce a sus jugadores y la explicación a partidos como el de Murcia la encuentra en la "frustración" que genera a algunos "jugar mal". Eso les provoca que pierdan "actitud e implicación". "Tenemos que entender que es lógico que juguemos mal porque los otros equipos hacen todo lo posible para que juguemos mal y nosotros en estos momentos no tenemos el máximo de fuerza e inspiración para jugar bien. Pero, a pesar de eso, tenemos que jugar con la máxima actitud", incide en la previa ante Obraodoiro

La realidad invita a Ponsarnau a pensar que quizá el equipo no tenga mimbres para asumir relativo éxito en todas las competiciones. "La cruda realidad es que no somos tan buenos como para asumir estos retos, pero tenemos la ambición de poder hacerlo. Tenemos que recuperar nuestro nivel competitivo y la receta es actitud y baloncesto. Debemos ser resilientes y hacer el esfuerzo de adaptarnos a lo que nos planteen", insiste.

Levantarse otra vez

"Pero ya nos hemos levantando unas cuentas veces y nos volveremos a levantar, que nadie tenga ninguna duda", fue la frase más optimista de un Ponsarnau que encara la visita del sábado al Monbus Obradoiro como un reto frente a un rival "en racha y con confianza que ha encontrado la propuesta para ser competitivo".

A estos problemas de juego, se ha sumado el problema físico en la gestión de los bases. "Hakanson ha estado jugando lesionado, sin poder recuperar bien, y Nikola Radicevic no está jugando aún con el tono competitivo necesario. Niko ha entrenado mucho menos que el resto de compañeros y esto nos ha llevado a que forcemos un poco más a Ludde y ahora el chasis de Ludde va con dificultades", se lamenta el responsable de los 'hombres de negro'.