Iribar: un paso efímero por los banquillos
El Txopo solo aguantó una temporada como entrenador del Athletic y en la que terminó con más derrotas que victorias
Iribar: un paso efímero por los banquillos
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Bilbao
El mayor emblema de la extensa historia del Athletic nació en Zarautz el uno de marzo de 1943. José Ángel Iribar, el jugador que más veces ha vestido la camiseta rojiblanca en partido oficial, está a punto de cumplir 80 años. Para celebrarlo, repasamos los diez momentos que marcaron su carrera, dentro y fuera de los terrenos de juego.
Capítulo VIII: el Iribar entrenador
La presencia de Iribar como entrenador del Athletic fue, cuando menos, efímera. Solo una temporada. El Txopo hacía años que había dejado el fútbol en activo y se había incorporado al staff técnico de Lezama. Sus inicios como entrenador en el filial, el Bilbao Athletic, no pudieron ser más prometedores.
Iribar subió al equipo de Segunda B a Segunda división. Ya con él, los cachorros en la división de plata consigue logra el segundo puesto a final de temporada, empatado a puntos con el Castilla, segundo equipo del Real Madrid, que resultaría campeón.
Llegó el momento de dar el salto. A Iribar le esperaba el banquillo del primer equipo. Algo muy grande para el más grande. Temporada 86-87. Un equipo en transición, que mantenía a un buen número de jugadores campeones de las ligas de comienzos de los 80: Urkiaga, Gallego, Sarabia, Endika, Argote o el actual seleccionador de fútbol español, Luis de la Fuente.
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Un vestuario entregado
"Es la leyenda del Athletic, incuestionablemente. Va a perdurar para toda la vida como símbolo del Athletic y a mí me emociona porque tengo una grandísima relación con él. Además, fue mi entrenador", relata De la Fuente.
Un equipo al que se iba sumando savia nueva. Comenzaban a tener minutos Sarriugarte, Ayukar, Joseba Agirre, Roberto Martínez o Mendiguren. La temporada no fue buena, pero la imagen del Txopo en el banquillo fue inolvidable para aquellos jugadores.
"Era un entrenador entrañable, que cuidaba mucho al futbolista, era todo atención. Tuvo un recorrido importante y a nosotros nos sirvió de mucho para formarnos y seguir creciendo como personas y como jugadores", señala Luis.
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Malos resultados
La verdad es que la temporada no pudo empezar peor. Primer partido, primera derrota. En el Molinón frente al Sporting. Es cierto que el equipo se rehízo de ese mal comienzo y obtuvo buenos resultados. Para la memoria queda un 2-4 en el Santiago Bernabéu frente a un Real Madrid que acabaría ganando la Liga y en el que militaban, además de Hugo Sánchez -que metió los dos primeros goles y obligó a la remontada rojiblanca-. Paco Buyo, Camacho, Michel, Gordillo, Butragueño y un incombustible Jorge Valdano.
"Tengo muy mala memoria para las derrotas, pero no puedo negar la realidad. Fue tres meses antes de mi retirada del fútbol y en una temporada en la que terminamos siendo campeones. Pero el Athletic en aquel momento tenía mucha entidad, no hacía mucho tiempo que había levantado nada menos que dos ligas", rememora entre sonrisas Valdano.
54 partidos en el banquillo
Pero ese resultado fue un espejismo. El equipo se enredó en una dinámica de mal juego y de pobres resultados. Bien es cierto que en Copa se llegó a semifinales, donde el Athletic cayó ante la real sociedad. En Europa, en la UEFA, fue eliminado en segunda ronda por el Beveren belga. Y en la liga se pasaron demasiados problemas.
La mala clasificación obligó al equipo a jugar un play off para mantener la categoría. Algo que se consiguió. A final de temporada, el balance fue negativo, con más partidos perdidos que ganados. Una temporada. 54 partidos fueron los que dirigió Iribar desde el banquillo rojiblanco.