Mikel Merino, el eterno deseo para el Athletic
Los traspasos de Iñigo Martínez, Joseba Etxeberria o Loren son de los más destacados de los últimos años entre Athletic y Real Sociedad
El nombre de Mikel Merino es el que suena con más fuerza en las últimas semanas como posible refuerzo del Athletic. Era noviembre de 2014. El centrocampista navarro, entonces en Osasuna, parecía estar en el punto de mira de Ibaigane de cara al mercado de invierno de esa temporada. Sin embargo, Merino echaba balones fuera: "De eso me estoy enterando igual que vosotros, por los periódicos", confesó en rueda de prensa. Diez años después, y tras pasar por Alemania e Inglaterra, y ahora como jugador de la Real Sociedad, se sigue hablando de esta circunstancia. "Estoy muy feliz de estar donde estoy. Cuando fiché por la Real tomé la mejor decisión que podía tomar para mi carrera. El tiempo me ha dado la razón"
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"No es algo que tenga muy claro", en referencia si alguna vez pudo ser jugador del Athletic. "En cuanto tuve oferta de la Real creía que era lo mejor para mí por el estilo de club y por sus ideas"
El último caso: Iñigo Martínez
¿Qué se siente al ser el fichaje más caro de la historia del Athletic? "Un orgullo", respondió Iñigo Martínez. Era enero de 2018 y el central era presentado en San Mamés como nuevo jugador rojiblanco. A su lado, Josu Urrutia, entonces presidente del club rojiblanco, explicó el desembolso de 32 millones de euros para cubrir el hueco que había dejado unos días antes por Aymeric Laporte.
De un golpe, Iñigo Martínez pulverizó dos récords. En primer lugar, multiplicó casi por tres el dinero desembolsado por el Athletic en una sola operación, que hasta entonces estaba en los 12 millones de euros (entonces 2.000 millones de pesetas) pagados por Roberto Ríos al Betis en 1997. Además, superó a Sergio Ramos como el defensa más caro de la Liga: el Real Madrid había pagado por el sevillano 27 millones de euros en 2005.
Preguntado acerca de sus declaraciones hace años en los que afirmaba rotundo de que no cambiaría de bando, Iñigo Martínez contestó: “Al final eran otros años donde es cierto que era muy joven, entonces lo pensaba así y creo que todos cambiamos de opinión, soy un profesional del fútbol, ahora pienso lo contrario que entonces”.
Fue consciente de cuál sería el recibimiento que tendría en su vuelta a Anoeta: "Pitadas, claro que sí. Es ley de vida y en el fútbol, más aún. Yo sé que están muy dolidos". Y no solo fueron pitos. Un grupo de aficionados de la Real Sociedad esperó al autobús del Athletic junto al estadio para recibir a Iñigo lanzándole billetes falsos de 500 euros con la cara del defensa. Pese a todo, Iñigo siempre mantuvo que la clave de su fichaje no fue el dinero: "Apostaron muy fuerte por mí y eso me ha hecho dar el paso. Vengo a un gran club, un grandísimo club, donde el objetivo es estar siempre ahí arriba, no vale con quedar en mitad de tabla", remarcó.
El traspaso de Joseba Etxeberria
550 millones de pesetas desembolsó el Athletic en 1995 para hacerse con el fichaje de un juvenil, Joseba Etxeberria, canterano de la Real Sociedad, con apenas 7 partidos en la élite. La directiva bilbaína pagó el clausulazo a sus vecinos y se hizo con una de las joyas del momento en el fútbol español, marcando un antes y un después en las relaciones entre ambos clubes.
Tras concluir la temporada, Joseba Etxeberia viajó con la selección sub-20 a Catar para disputar un Mundial del que fue máximo realizador con 7 goles.
Inicialmente el Athletic trató de negociar el fichaje de Etxeberria con los donostiarras, pero estos como es lógico se cerraron en banda. Sí lograron tentar a la perla de Zubieta con un jugoso contrato y recurrieron a la cláusula de rescisión para hacerse con sus servicios. La junta directiva presidida por Luis Uranga decidió romper relaciones con el Athletic, entonces presidido por José María Arrate, entendiendo la forma de proceder en el fichaje de Etxeberria como una traición.
"Aquel fue el peor derbi en ese sentido. El más tenso", subrayó el exdelantero en alguna entrevista, objetivo prioritario de la ira del graderío de Anoeta, capaz de salvar la pista de atletismo, el 14 de enero de 2001 cuando marcó en dos ocasiones frente a los txuri-urdin en el triunfo bilbaino. De aquel partido queda la imagen de Joseba Etxeberria guareciéndose en el escudo de su propio cuerpo cada vez que se aproximaba a los márgenes del campo.
Pese a que un pudo levantar ningún trofeo, Etxeberria es una auténtica institución del club rojiblanco en el que jugó durante 15 temporadas un total de 514 partidos.
Los 300 millones de pesetas por Loren
Fue en 1989 cuando el Athletic pagó la cláusula de Loren, 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros), cifra que marcó un récord en la Liga por el fichaje de un jugador español. Aquel año también cambió San Sebastián por Bilbao Lutxo Iturrino (sin traspaso) y un año después fue David Billabona, a cambio de 300.000 euros.
Este fichaje de Loren también deterioró las relaciones entre los dos clubes. Lo cierto es que Loren fracasó como goleador en el Athletic. La presión sufrida, debido a las expectativas que creó en la afición rojiblanca, por la gran cantidad de dinero desembolsado, pesaron negativamente en su rendimiento. En su primera temporada en el Athletic fue el máximo goleador del equipo junto a Uralde con 6 goles, pero este registro goleador discreto junto a la mala temporada de los bilbaínos desataron las críticas contra él. En su segunda temporada, con Javier Clemente como entrenador, Loren fue reubicado sorpresivamente en el puesto de defensa central, volviendo al puesto que había tenido en sus inicios como futbolista. El burgalés debutó como defensa precisamente ante la Real Sociedad en Atotxa y marcando a su sustituto, John Aldridge; cuajando un buen partido. Tras algunos partidos más como defensa, en marzo de 1991, Clemente fue destituido y su sustituto, Iñaki Saez, nunca alineó más a Loren en el puesto de defensa. Su paso por el Athletic se resumió en 69 partidos y 9 goles.