Así es el día a día de una persona sin hogar en Bizkaia: "Sueño con encontrar un trabajo"

Bilbao

Según una reciente encuesta del Eustat, en Bizkaia hay casi 2.000 personas sin hogar, concretamente 1.947. Hace unos días, la asociación BesteBi reivindicaba en Bilbao que esas personas pudieran acceder de forma real a la sociedad, a tener derechos para ser ciudadanos de forma real. Para comprobar cómo viven -o sobreviven- algunas de estas personas, en Radio Bilbao nos hemos acercado hasta uno de los centros de día de esa asociación, el centro de día Bidaide, en Barakaldo.

Ander es uno de los usuarios que cada día acude al centro de día Bidaide, en Barakaldo. Allí, ayudan a las personas sin hogar, pueden asearse, tomar algo caliente en invierno o refrescarse en verano. "Este centro para mí es mucho más necesario ahora, porque es donde me puedo pegar una duchita, donde puedo merendar un ColaCao... Pero lo primero que tienes que pensar al entrar es cuándo vas a salir", nos explica.

En este sentido, Josu, integrador social en ese centro, nos dice que"aquí en simultáneo hay unas treinta personas, pero en lista tenemos hasta setenta, ochenta personas. Algunas de ellas están fijos, unos llevan mucho tiempo y otros menos, pero este es un lugar de paso". Y es que "un centro de día no es para establecerse y estar toda la vida. Si sucediera eso estaríamos fracasando como profesionales. Es importante dar una salida, buscar un recurso. Es un centro para la esperanza: tú entras aquí, pero queremos que salgas de aquí, que te reintegres, que te reinsertes. Dar una salida a la situación complicada que les haya tocado vivir", cuenta Josu.

Objetivo: salir de allí

Ese objetivo se consigue paso a paso. Con metas pequeñas, pero que te permite soñar, como a Josu: "Intentas tener tus pequeños sueños y animarte para que en el futuro puedas conseguir ciertos objetivos que te vas marcando poco a poco. El primer día te dices 'venga, que sí que puedes, que acabas ministro'. Pero no. Tienes que ir dándote cuenta que lo que buscas es encontrar un trabajo que te guste, un sitio para vivir que te guste... El que sea soltero, buscar una pareja. O incluso recuperar a los viejos amigos, porque en estas circunstancias pierdes por el camino muchos amigos, muchos encuentros".

Pero una vez has dormido en la calle, el miedo a no poder volver a hacer una vida normal siempre está ahí: "Y no sé si la sociedad sería comprensiva y estarían dispuestos a escuchar las necesidades de las personas sin hogar. Tienes que ser exigente, porque, si no lo eres, no consigues nada en esta vida", nos cuenta Josu.

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Porque son unas necesidades que han sido muchas veces ignoradas, "Tampoco esperas que te den palmaditas, pero si que esperas un poco de comprensión. Y normalmente la hay, pero a veces...". Ese "a veces" engloba mucho más de lo que Ander es capaz de decir con palabras, pero que explica perfectamente con los ojos.