Nuria, la agente de la Ertzaintza que evitó el suicidio de un joven en el puente de Rontegi: "Me salió darle un abrazo"

Bilbao

El domingo por la mañana un joven de 27 años amenazaba con lanzarse desde el puente de Rontegi, situación a la que hizo frente con éxito Nuria, una agente de tráfico, junto a dos bomberos. La propia Nuria ha explicado a Radio Bilbao cómo fue esa actuación, que se sale de lo habitual para una agente primera de la unidad de tráfico de Bizkaia, y nos ha contado las claves de la conversación que mantuvo con el hombre.

"Recibimos la llamada con el aviso y nos acercamos. Allí nos encontramos a una persona subida en el puente, dejamos la furgoneta lejos y me fui acercando a pie hasta que el hombre me hizo un gesto con la mano para que no me acerque y pasó al otro lado del puente", comienza a relatar Nuria. "Me paro porque entiendo que si sigo avanzando se puede desencadenar lo que no queremos", continúa.

Nuria explica que en ese momento "mi intención es ir ganando pasos para acercarme e intentar entablar una conversación. Le voy diciendo que solo quiero hablar con él, ayudarle y estar ahí con él. Lleva unos minutos, pero consigo acercarme al borde del puente, aunque él como no se fía se mete en una zona a la que no tengo acceso para cogerle".

"No eres consciente del tiempo"

Nuria, al pertenecer al Departamento de Tráfico, nos cuenta que no tiene "una formación específica, porque dentro del cuerpo ya hay una unidad especializada para estos casos. Pero somos los primeros en llegar al lugar y soy la primera persona en tener contacto con él, por eso, al haber ya un vínculo, los especialistas dejan que dos bomberos que había y yo llevemos la conversación durante las dos horas y media que dura todo".

Una vez en el borde del puente, indica Nuria que "no eres ni consciente del tiempo que pasa, en ese momento tu único objetivo es que no se tire, no perderle. Se trata de ganar su confianza y como no le conocemos de nada, se trata de buscar algún punto en el que él se olvide de los pensamientos que le han llevado hasta ahí. Pero según íbamos avanzando, alguna vez la conversación daba un paso atrás".

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Final con un abrazo

Nuria explica que "al ganarnos su confianza ya le decimos que podemos seguir la conversación en un lugar más seguro, porque el hombre llevaba dos días sin dormir y estaba agotado".

Una vez en lugar seguro, Nuria cuenta que "me sale darle un abrazo, porque para una persona que lo ha pasado tan mal, que ha llegado a ese punto, que lleva tanto tiempo solo, el contacto humano a veces nos hace falta". "Él estaba muy centrado en que todas las personas eran malas y había que convencerle de que todavía podía confiar en las personas. El final fue muy emotivo", añade.

"En este caso ha salido bien y es un orgullo, porque cuando entré en la policía tenía esa idea de ayudar a quien lo necesita y estar ahí en los momentos malos. Cuando todo sale bien, gracias también al trabajo de los bomberos, es una satisfacción", concluye Nuria que confiesa que el hombre "nos dio las gracias. Así que te vas contento al ver que le has hecho ver que hay más posibilidades que quitarse la vida".