Il Trovatore, el libreto de Verdi que también imaginó en Bizkaia
El libreto de Giuseppe Verdi cierra la temporada de la sección 'Descubriendo la ópera' que intenta divulgar y ayudar a entender el arte lírico y operístico.
Descubriendo la ópera l Trovatore, el libreto de Verdi que también imaginó en Bizkaia
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Bilbao
El libreto de Il trovatore, de Giuseppe Verdi, ambienta una escena de la ópera en "la falda de un monte de Vizcaya". Es el escenario donde Azucena canta el aria Stride la vampa ("Crepitan las llamas). No es la única referencia al entorno de Bilbao en las obras del compositor italiano: el vizcaíno Piquillo aparece en el coro de toreros de La traviata y en Falstaff se hace alusión a los cuchillos bilbaínos.
Juan Carlos Matellanes, presidente de la ABAO y Cesidio Niño, director artístico nos han acercado más a esta obra de Verdi en la sección 'Descubriendo la ópera' de Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia
La escena ambientada en Bizkaia
Il trovatore | Coro de los gitanos
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Una covacha al pie de una montaña en Vizcaya. Azucena está sentada junto al fuego y Manrico tendido a su lado. Un grupo de gitanos anuncia el amanecer de una nueva jornada y se prepara para el trabajo. Azucena les describe el horripilante espectáculo del suplicio de una mujer quemada en la hoguera. Cuando los gitanos salen, cuenta a Manrico cómo su madre (la de Azucena) fue ejecutada por los hombres del viejo conde y cómo ella respondió a su grito de venganza mediante el rapto del hijo del conde para arrojarlo a las llamas.
Sin embargo, cometió un monstruoso error: en su delirio de odio y de dolor, fue a su propio hijo a quien arrojó a las llamas. Manrico, asustado, le pregunta entonces si él no es verdaderamente su hijo; Azucena le tranquiliza rápidamente, pretendiendo haberse trastornado por un momento a causa de los recuerdos y, ¿acaso no fue a buscarlo cuando resultó gravemente herido en una reciente batalla y le ha estado cuidando con abnegación? Manrico evoca a continuación su duelo con el Conde y cómo una voz del cielo le impidió descargar el golpe fatal contra su rival; pero ahora Manrico jura a su madre que no volverá a suceder tal cosa. Un mensajero les interrumpe para hacerles saber la caída de Castellar, y también que Leonora, creyendo a Manrico muerto, se dispone a ingresar en el convento. A pesar de las advertencias de su madre, Manrico se precipita para buscar a Leonora.
Descubriendo la ópera
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