Calzados Miracruz, 120 años a los pies de los donostiarras

San Sebastián

No es nada fácil que un comercio sobreviva 120 años a los retos, complicaciones y a las preocupaciones que conlleva mantenerlo abierto. De eso sabe mucho Julia Alcalá, la actual propietaria de Calzados Miracruz que desde hace 47 años está al frente de este peculiar establecimiento  y como ha declarado en `Hoy por Hoy San Sebastián´ con la misma ilusión que el primer día y es que Julia sale todos los días a empezar de nuevo vendiendo zapatos.

Reconoce que sobrevivir 120 años con el mismo negocio no es tarea fácil y aunque se han ido adaptando a los tiempo con las incorporación de nuevas tecnologías y una pagina web " muy básica" como ella declara, sigue trabajando a la vieja usanza, recordando todo el genero que tiene y sabiendo donde encontrarlo en los dos locales que tienen en el barrio.

"La zapa de Gros" como le llaman muchos de sus vecinos cariñosamente, reconoce que en lo que a la moda y la venta de calzado se refiere, las cosas han cambiado mucho y ahora la clientela es mucho más exigente que antes aunque todavía hay quien se deja aconsejar. Defensora a ultranza de las marcas nacionales de zapatos, Julia Alcalá asegura que seguirá vendiendo "hasta que el cuerpo aguante. El escaparate de sus tiendas mantienen toda su esencia y en ellos podemos encontrar infinidad de modelos de todo tipo de zapatos.

Calzados Miracruz abrió sus puertas en 1903  cuando se hizo la casa donde ahora se ubica, en el número 28 de la calle Miracruz. El primer propietario fue Pedro Ducló, quien inauguró una alpargatería . Cuando falleció, hacia 1940, su viuda heredó el negocio que pasó a manos de una sobrina, ya que la pareja no tenía hijos. En 1970 murió la sobrina y Calzados Miracruz pasó a manos de las hermanas de la misma, de apellido Echave. Cuando estas lideraban el negocio fue cuando Julia Alcalá comenzó a trabajar en este histórico comercio y cuando ellas fallecieron, de empleada pasó a convertirse en propietaria junto con su hermana y así hasta hoy.

Ve el futuro con cierta preocupación porque las ventas han bajado mucho, pero aún así seguirán luchando día a día por dar un buen servicio a sus clientes.

Para recordar esta importante efeméride, Julia ha puesto un cartel en la tienda recordando que cumplen 120 años y ya prepara una "pequeña celebración" para sus clientes.