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Quisieron organizarle un recibimiento antes de tomar la salida de la primera etapa: su destino era ganar el Tour de 2004

Aunque no consiguió levantar los brazos en París, Iban Mayo se impuso en la etapa de Alpe d'Huez

Quisieron organizarle un recibimiento antes de tomar la salida de la primera etapa: su destino era ganar el Tour de 2004

Quisieron organizarle un recibimiento antes de tomar la salida de la primera etapa: su destino era ganar el Tour de 2004

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Bilbao

El próximo 1 de julio, Bizkaia se convertirá en el epicentro del ciclismo mundial; las calles de Bilbao serán el escenario de los primeros kilómetros que recorrerá el pelotón del Tour de Francia en su edición de 2023. Sin embargo, la historia del ciclismo bizkaino en la ronda gala comenzó hace más de un siglo. Concretamente, en 1910: ni diez años llevaba organizándose la prueba cuando tomó la salida el primer corredor nacido en el territorio, Vicente Blanco.

Blanco, nacido en Deusto en 1884, viajó desde Bilbao hasta París en bicicleta para competir en la carrera. Le apodaban ‘el cojo’, ya que cinco años antes se había quedado prácticamente sin pies debido a dos accidentes laborales. Él pasó a la historia como primer español en participar en el Tour de Francia, ¡y eso que no pudo ni terminar la primera etapa!

Después de Blanco, doce ciclistas bizkainos han logrado inscribir su nombre en el extenso recorrido de la prueba, alzándose con (al menos) un triunfo de etapa. Desde Radio Bilbao, y antes de que el pelotón dé sus primeras pedaladas de esta edición de la ronda, repasamos sus nombres y las historias que encierran tras ellos. Desde Blanco hasta Omar Fraile, último hasta la fecha en alzar los brazos bajo la pancarta de meta del Tour, en 2018, pasando por Jesús Loroño, Marino Lejarreta o Roberto Laiseka.

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Nacido para ganar el Tour en París

Hubo, incluso, autoridades bizkainas que, antes de comenzar la edición del 2004, sopesaron la idea de preparar de antemano un recibimiento a Iban Mayo como ganador del Tour de Francia de ese año. El ciclista de Igorre llegaba a la ronda francesa tras ganar la Clásica de Alcobendas, la subida al Naranco, la Vuelta a Asturias y superando a Lance Armstrong en la Dauphiné, carrera que sirve como de prueba definitiva antes del Tour. Incluso, había vencido al imbatible norteamericano en la exigente cronoescalada al Mont Ventoux.

Pero a Mayo se le juntaron el hambre con las ganas de comer. Para empezar, sufrió una caída en el pavés de Flandes que le hizo perder mucho tiempo en la general. Desmoralizado, se vio afectado después por una mononucleosis. Así que, tras algún que otro intento de abandono, se bajó definitivamente de la bicicleta en los Pirineos, cuando la marea naranja y las ikurriñas abarrotaban las cuentas de la cordillera montañosa.

Una placa en una curva de Alpe d’Huez

Fue una decepción en toda regla. El corredor, que ya había asombrado en el Tour del 2003, dejaba la Grand Boucle por la puerta de atrás. Aquellas sensaciones transmitidas el año anterior en la subida a Alpe d’Huez se quedaban en aguas de borraja.

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Pero, aun así, Iban Mayo tiene su cartel en la mítica subida alpina. En una de sus mágicas curvas, en las que solo aparecen los ganadores en la meta de una de las cumbres más icónicas del ciclismo mundial, el corredor bizkaino tiene su placa, pertenece a ese exclusivo club.

La placa está al principio de la subida, en el segundo giro, cuando quedan aún 20 curvas para el alto, a una altitud de 880 metros. Como hay más ganadores que curvas, el excorredor de Euskaltel-Euskadi comparte placa y honor con el holandés Joseph Zoetemelk, todo un ganador de Tour de Francia y de Vuelta Ciclista a España. Casi nada.

Una ascensión memorable

Aquel día resultó inolvidable. Fue una ascensión memorable, tanto que en el entorno de Armstrong comenzaron a mirar de reojo y con cierto recelo al ciclista vasco. Y no solo porque ganara aquella etapa, sino porque tenía unas condiciones innatas que podía poner la carrera patas arriba en cualquier momento. Enemigo a vigilar.

El US Postal trató de reventar la carrera en las primeras rampas de la subida. El ritmo fue tan brutal que apenas aguantó media docena de favoritos. Entre ellos, un Euskaltel que, con el maillot totalmente abierto y levantado en la bicicleta, trasmitía unas sensaciones inmejorables: Iban Mayo. Pero era el día del ciclismo vasco. Por lo pronto, Mayo no estaba solo, sino que tenía la compañía del otro líder del equipo naranja, Haimar Zubeldia. Incluso, a falta de diez kilómetros para la cima, Joseba Beloki, en la ONCE, se animó con un ataque descomunal.

Pero aquel día lo tenía marcado Mayo con en rojo. El cambio de ritmo fue descomunal. Sorprendió al grupo y realizó una ascensión primorosa. En la cima, tomó el relevo de Fede Etxabe, único corredor español que, hasta entonces, había inscrito su nombre en la cumbre alpina. Aventajó en casi dos minutos a Alexander Vinokourov, y en más de dos a Armstrong, Beloki, Hamilton, Basso, Zubeldia y compañía.

“Te sientes por encima de las nubes”

“Ganar una etapa en el Tour siempre es complicado, y si encima ganas una etapa de montaña y en un alto tan emblemática, pues la alegría es inmensa. Recuerdo que comenzamos a subir muy rápido. Veníamos de coronar el Telegraph y el Galibier. Beltrán y Rubiera (US Postal) empezaron muy fuerte. Recuerdo el ataque de Beloki y cómo respondió Armstrong. Entonces vi que era mi momento, aunque es cierto que al principio se me hizo un poco largo, pero luego me encontré muy bien” recuerda Mayo.

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A pesar de la jauría de lobos con los que compartía escapada, el ciclista de Euskaltel no lo dudó. Ganó a lo grande y recibió un cúmulo de sensaciones inolvidables: "En ese momento te sientes como Dios. Es indescriptible, algo que nunca más vas a sentir. Te sientes por encima de las nubes. He ganado otras carreras, pero al final el Tour es todo. La gente me recuerda aquella victoria por cómo fue, dónde fue, contra quién fue y de la manera en la que se ganó. Para mí es un orgullo que la gente se acuerde de aquello”.

Palmarés

2001: Midi Libre, Clásica de los Alpes y 1 etapa en Dauphiné Libéré

2003: 1 etapa en el Tour de Francia, Vuelta al País Vasco más 3 etapas y 2 etapas en Dauphiné Libéré

2004; Clásica de Alcobendas, Subida al Naranco, Vuelta a Asturias y general de la Dauphiné Libéré más dos etapas

2006: 1 etapa en la Dauphiné Libéré, General de Vuelta a Burgos más 1 etapa y Subida a Urkiola

2007: 1 etapa en el Giro de Italia

 
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