¿Conoces las esculturas que hay en Bilbao?
Desde Chillida hasta Dora Salazar, ¿Cuáles son las huellas de las esculturas en los espacios urbanos de Bilbao?
Las esculturas de Bilbao: arte en el espacio público
Bilbao
Cuando Bilbao todavía era una cuidad en renovación, que deseaba alejarse de su pasado industrial y pasar a ser un ejemplo de vanguardia, el escultor Eduardo Chillida dejaba sus huellas en la villa desde los años 90. Este 2023 comienzan las celebraciones que recuerdan el centenario del nacimiento del donostiarra.
Aunque la mayor parte de sus esculturas se concentren en el Guggenheim, al final de la Pasarela Padre Arrupe, se puede observar una pieza de más de siete metros de altura. La obra llamada Begirari IV va ensanchándose de abajo a arriba y se asemeja a un faro vigilante. Si subimos la mirada el hueco que tiene en la parte superior podría ser el enorme ojo del legendario cíclope Polifemo, al que Ulises se enfrentó en su regreso a Ítaca.
Pero no es solo el escultor donostiarra quien ha construido la identidad artística y cultural de la ciudad, otros como Salvador Dalí o Manolo Valdés quisieron dejar parte de su arte por la capital vizcaína. Para comprender la importancia de estas obras en la vía pública Radio Bilbao ha contado con Miriam Alzuri, conservadora de Arte Moderno y Contemporáneo del Museo de Bellas Artes de Bilbao y Ana Arnaiz, profesora del departamento de escultura y arte y tecnología de la UPV/EHU.
La Musa de la Danza de Salvador Dalí
Junto al estanque del Palacio Euskalduna se sitúa la Musa de la Danza. Una escultura de Salvador Dalí que representa a Terpsícore, hija de Zeus y musa de la danza y madre de las sirenas. Dalí imaginó a esta figura mítica como una mujer joven y esbelta y la esculpió sin cabeza, con los brazos alzados a modo de alas y una larga falda.
A partir del molde que el pintor de Figueras solo se han fundido dos esculturas, siendo la de Bilbao la primera en ser fundida y la única que se puede admirar en Europa. No es de extrañar que la Terpsícore de Bilbao que se encuentre cerca del Euskalduna, puesto que representa la victoria de la danza sobre los mortales.
Las Meninas de Manolo Valdés
Si desde el Palacio Euskalduna atravesamos la Gran Vía hasta llegar a la calle Ercilla nos toparemos tres grandes esculturas del artista Manolo Valdés. Se trata de un conjunto de bronce que representa a las Meninas de Velázquez, concretamente la Infanta Margarita y dos piezas pertenecientes a la serie de la Reina Mariana. Dos de ellas fueron adquiridas por el Ayuntamiento de Bilbao, la tercera fue regalada por el escultor a la ciudad. El llamativo estilo pop de Valdés representa una visión más informal y desenfadada de la obra pictórica de Velázquez.
Variante Ovoide de Jorge Oteiza
A orillas de la ría y frente al Ayuntamiento se alza imponente la escultura Variante Ovoide, del escultor vasco Jorge Oteiza. Sus 16 toneladas de acero de contén unido a su imponente ubicación recrea los cascos de los barcos que se fabricaban y navegaban por la ría. Esta obra, popularmente conocida como “txapela a medio lado” es una de las últimas en la carrera de Oteiza trata de la estética geométrica europea.
Las Sirgueras de Dora Salazar
En el otro lado de la Ría, en el Paseo de Uribitarte, vemos uno cuatro mujeres de más de dos metros de altura, las Sirgueras, uno de los conjuntos escultóricos más recientes. Inaugurado en 2021 se trata de un homenaje de la artista navarra, Dora Salazar, al duro trabajo de las sirgueras, las mujeres que con una cuerda, una sirga y su propia fuerza remolcaban las embarcaciones a lo largo de la Ría.
Estos y muchos más artistas han dejado su huella en la ciudad. Desde el imponente faro vigilante de Eduardo Chillida hasta la elegante Terpsícore de Salvador Dalí, cada escultura no solo embellece la ciudad, sino que también nos invitan a reflexionar, a conectarnos con la historia y a disfrutar del arte en cada rincón.