La Defensa del Castillo de Urgull

San Sebastián

Fue un auténtico calvario para los franceses porque se encerraron en una fortificación no preparada para ello 1.500 hombres, mujeres y niños, sometidos a un bombardeo contínuo atroz, sin suministros ni agua.

El convento de Santa Teresa es el último punto de defensa francés en la ciudad. Fueron cuatro días de combates dentro del convento, hasta que las tropas napoleónicas optaron por huir al castillo.

Hay que recodar que solo las casas de la actual calle 31 de agosto de la Parte Vieja se salvaron porque se convirtieron en una muralla para mantener el encierro de los franceses en el monte Urgull. Se salvaron por intereses tácticos militares.

Los donostiarras habían escondido las riquezas de la ciudad en la zona alta de la Basílica de Santa María, pero los portugueses encontraron el tesoro, se lo llevaron y nunca más se supo de aquello. El saqueo de la ciudad fue brutal y se prolongó durante un mes. Y por muy poco, San Sebastián no perdió la parroquia de San Vicente, a la que llegaron a darle fuego.

El 6 de septiembre llegó la autorización al general Rey para que rindiera la ciudad y dos días después se produjo la capitulación del ejército francés.

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