El pasado sábado, Unai Simón fue uno de los jugadores más destacados del Athletic en el partido disputado ante Osasuna en El Sadar. Y eso que tuvo que sufrir todo tipo de insultos y gestos desde uno de los fondos de El Sadar, en el que sitúan los aficionados ultra de Indar Gorri. Las vejaciones han salido a la luz este lunes, cuando el programa «El día después», de Movistar +, han emitido un vídeo en el que se ve cómo parte del fondo del campo insulta de forma reiterada al guardameta del Athletic. Además de realizar el gesto de la peineta, en el vídeo se ve cómo varios aficionados profieren insultos homófobos. «¡Que te mueras, maricón! ¡Puto maricón»!, se puede leer perfectamente en los labios de un hombre joven en concreto. También se escucha cómo otro grupo de personas utiliza su condición de portero de la Selección Española para agredirle verbalmente. «Puta España y puta selección», gritan a coro. En este caso, como en otros vividos recientemente en muchos estadios de LaLiga, la clave para actuar contra los agresores está en identificarlos. Y en el vídeo de Movistar + se aprecia nítidamente la cara de este grupo de aficionados de Osasuna. Además, cabe recordar que la propia Liga cuenta con sus propias cámaras en todos los estadios para registrar casos de este tipo. Así, quien debería tomar las riendas del caso sería la patronal, que podría actuar de oficio interponiendo una denuncia por los insultos a Unai Simón ante la Comisión Antiviolencia. La temporada pasada hubo casos similares en los que llegaron a imponerse diversas sanciones. Uno de los casos que desembocó en sanción la campaña pasada fue el vivido en febrero en el estadio del Mallorca. Durante el partido ante el Real Madrid, un abonado del equipo balear profirió insultos racistas contra Vinicius. La investigación de la Policía permitió identificar al infractor, un chico de 20 años. Tras localizarle, la Policía abrió un expediente sancionador en el que proponía una multa de 3.000 euros y seis meses de prohibición para entrar a cualquier recinto deportivo. Cuando el caso llegó a la Comisión Antiviolencia, esta decidió elevar la pena, que finalmente ascendió a 4.000 euros. En casos similares juzgados durante los meses posteriores, las sanciones, cuando se han impuesto, han oscilado entre los 1.500 y los 12.000 euros. Hay que recordar que este tipo de insultos dirigidos desde las gradas de los estadios deportivos están prohibidos por la legislación tanto interna de la RFEF -a través de su Código de Disciplina Deportiva- como ordinaria -Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte-. Esta última señala como delictivos «la entonación de cánticos, sonidos o consignas así como la exhibición de pancartas, banderas, símbolos u otras señales, que contengan mensajes vejatorios o intimidatorios». Por otra parte, existe una Comisión Estatal formada por representantes de administraciones públicas, federaciones deportivas y ligas profesionales destinada a implementar políticas activas contra la violencia, la intolerancia y la evitación de las prácticas racistas, xenófobas y LGTBIfóbicas en el deporte. Puede imponer sanciones de entre 3.000 y 60.000 euros en caso de infracciones consideradas graves.