Latur, el aeronauta que murió en Vitoria en 1889
El aeronauta Antonio Martínez Latur falleció en Vitoria en una ascensión en globo desde la plaza de toros. Un compañero suyo, ya retirado de la actividad circense, se casó con una chica de Otxandio.
Vitoria-Gasteiz
IÑAKI ARMENTIA / Antonio Martínez Latur nació en Cofrentes (Valencia) en 1862. Con siete años debutó en la plaza de toros de Valencia, en una empresa circense en la que actuaba Juan Milá, con quien luego tendría una estrecha relación. Comenzó su carrera ejecutando ejercicios gimnásticos y acrobáticos sobre el ruedo de las plazas. Sobre una de sus actuaciones- llevada a cabo en Murcia en mayo de 1870- en el diario La Paz se escribió lo siguiente: "Es una notabilidad en gimnasia; parece imposible que a su corta edad tenga un arrojo, una serenidad y una fuerza muscular que cualquier buen artista envidiaría; trabaja en el trapecio con soltura y precisión, ejecuta toda clase de planchas y molinetes con una soltura que admira. Es un artista consumado, más aún un fenómeno, y le auguramos un brillante porvenir en su carrera".
Juan Milá, su compañero, se independizó y creó su propia empresa, en la que actuaba un famoso aeronauta- Félix Mayet- contratado por él y que realizaba ascensos en globo. Al abandonar este la compañía, Milá propuso en 1877 a Antonio Martínez Latur, que le sustituyera y este aceptó. De esta forma, pasó a ser la estrella de los programas circenses de la compañía, con sus ascensos en Montgolfier.
Juan Milá, para dar más emoción a sus actuaciones, "bautizó" a Antonio Martínez Latur como "Milá hijo", haciendo creer a los espectadores que verdaderamente era su retoño. En los momentos previos a sus ascensiones en globo, era despedido por su "padre" y la esposa de este, con besos y abrazos, lo que conmovía a la concurrencia.
Latur se elevaba en un globo inflado con aire caliente, asido con las manos a un trapecio, aunque también utilizaba otras formas en sus ascensos. Estas fueron algunas de las variantes en sus actuaciones como aeronauta: ascensión en el globo montado en un becerro vivo (Valencia, febrero de 1882); colgado por los pies al trapecio (Alicante, abril de 1883); montado en un borrico (Murcia, junio de 1883); dentro de una casa colgada del globo, arrojando desde el interior a los espectadores flores, dulces y palomas (Murcia, julio de 1883); dentro de un barco colgado del globo (Murcia, mayo de 1886); suspendido solo por dos anillas (Alicante, noviembre de 1888).
ACTUACIÓN EN VITORIA
Antonio Martínez Latur actuó en la Plaza de Toros de Vitoria en varias ocasiones en el mes de julio de 1888. En una de ellas se registró una gran entrada, como hacía años que no se había visto en este tipo de espectáculos.
Se preparó para la ocasión una ternera, que fue envuelta con una fuerte faja de lona provista de resistentes correas de cuero, que se amarraron con ramales dobles al trapecio colgado del globo. Tras iniciarse el ascenso del Montgolfier, con ternera y aeronauta incluidos, el impulso del fuerte viento dio como resultado que fuera a chocar con uno de los cables de alambre que sujetan los palos en que se retenía al aerostático para hincharlo. La extraordinaria fuerza ascensional y la no menos impetuosa del viento que hacía, originaron que el cable rompiera las correas que sujetaban a la ternera, desprendiéndose esta bruscamente y estrellándose en las gradas del tendido de sol, con el consiguiente alboroto y asombro del público.
Afortunadamente, donde aterrizó el animal no se encontraba ningún espectador, por lo que no ocurrió ninguna desgracia. La ternera fue destinada a elaborar suculentos platos.
El globo continuó su vuelo impulsado por el viento norte, con Latur colgado del mismo. A la altura del pueblo de Gaztelu/Castillo, al enfriarse paulatinamente el aire del globo, este descendió, tomando tierra el aeronauta violentamente, lesionándose en la espalda al golpearse contra el suelo. El viento reinante originó que el globo continuara su marcha sin pasajero, siendo localizado en el Condado de Treviño a las doce de la noche, donde se recuperó para utilizarlo en próximas actuaciones.
LA TRAGEDIA
En 1889, la compañía de Latur anunció su actuación en la capital alavesa. La actuación tuvo que suspenderse por dos veces, a causa de la lluvia. Por fin, el domingo 16 de junio, pudo celebrarse el festival circense, que incluía la ascensión en globo.
Para hincharlo, en el ruedo de la plaza de toros se sujetó el globo desinflado, con ramales y cables metálicos atados a varios postes de madera hincados en el suelo. Seguidamente, se hizo fuego sobre la arena, bajo el globo, para calentar el aire e inflarlo. Como siempre, cuando el globo adquiriera el volumen suficiente y la presión y temperatura adecuada del aire, se soltarían los amarres, todos al mismo tiempo.
Existen varias versiones de los sucedido, publicadas entonces en la prensa local, y hemos elegido entre ellas lo relatado por Ángel Eguileta Arambarri, periodista local que estuvo presente en la plaza ese día: “En el centro del ruedo se construía un hornillo de albañilería, como de metro y medio de alto, para quemar los sarmientos que surtieran de humo al montgolfier. La tarde de la tragedia, ya después de muchas elevaciones sin novedad, al gritar el aeronauta a los hombres que sostenían el globo la voz de ¡Suelten todos! y arrancar, notamos todos que tropezó en algún sitio y que no se elevaba como otros días. Había sucedido que en uno de los gruesos alambres o cables de acero que sujetaban al aerostato por la anilla de la parte superior, al despegarse bruscamente del suelo, con el capitán en el trapecio (no iba nunca en barquilla), tropezó Milá con el cable, y, por efecto de la sacudida, éste le seccionó uno de los muslos, cortándoselo como si fuera jabón , hasta dejarle al descubierto el hueso.
Se vio caer a la plaza, al tejado, al campo, un reguero de sangre pero nadie sabía lo ocurrido. Empujado por el viento norte, el aerostato saltó por encima de la puerta de arrastre y se dirigió entre Olárizu y Las Neveras. Milá, herido gravísimamente y en el estertor de una agonía espantosa, aún tuvo instinto de conservación, serenidad y sangre fría para atarse el mismo fuertemente al trapecio con objeto de no caer al espacio, y en esta situación de horrible angustia, sin mando el globo, cayó en el campo cuando se le enfrió el humo.
Corrió la compañía en su busca; galopó desenfrenadamente la pareja de la Guardia civil que siempre seguía al globo para prestar auxilio al aeronauta y evitar que los curiosos destrozaran las heredades; a unos y a otros siguió el público, y el pobre capitán fue hallado muerto y sujeto aún al trapecio con las cuerdas que de ordinario usaba para tomar tierra. Desde entonces, el globo fue bautizado con el nombre de “Ciudad de Vitoria” y continuó haciendo ascensiones en el Nicomedes Ruiz.
EL ENTIERRO
Antonio Martinez Latur estaba alojado en Vitoria, en el número 3 de la entonces la Plaza de Bilbao, edifico hoy desaparecido, que se encontraba situado paralelo al Teatro Principal, que luego fue el Banco de España.
A la derecha edificio de la Plaza de Bilbao, donde se alojó Latur / Archivo Municipal
A las cuatro de la tarde del día 18, fue conducido el cadáver desde su domicilio al cementerio de Santa Isabel. Al emprender la marcha la comitiva, la Plaza de Bilbao y la Cuesta del Teatro, se encontraban abarrotadas de gente que deseaba acompañar al aeronauta en su último viaje. Fue conducido el féretro a hombros de cuatro amigos pertenecientes al Casino Artista Vitoriano. Sobre el blanco sarcófago iba colocado el gorro de marinero que Latur utilizaba en sus actuaciones, además de dos hermosas coronas: sna de ellas de pensamientos con grandes lazos y dedicatoria del Casino, y la otra una ofrenda de un hermano del fallecido y los compañeros del aeronauta, quienes llevaban cogidas de la mano, un extremo de las cintas prendidas al féretro por la otra punta.
La comitiva inició el recorrido en la Cuesta del Teatro, continuando por la Cuesta de San Francisco y las calles Cuchillería, Txikita, Santo Domingo y Portal de Arriaga. Una banda militar de música del batallón de cazadores dirigida por el Sr, Llarena, iba tras el féretro interpretando marchas fúnebres. A continuación una multitud en silencio, cerrando la marcha la Junta Directiva del Casino Artista Vitoriano. Desde los balcones y miradores la gente se asomaba, para observar atentamente el cortejo fúnebre.
LA TUMBA DE LATUR
Latur fue enterrado en un panteón, situado en el número 82 de la calle San Prudencio, del camposanto vitoriano de Santa Isabel, propiedad entonces de Manuela Suso Zubia, que lo cedió desinteresadamente para la ocasión. En la lista de enterrados, grabada en la placa de mármol de ese panteón, sigue figurando hoy Antonio Martínez Latur, junto con otras personas.
La tumba donde está enterrado Martinez Latur / I. Armentia
En los datos de registro de entrada del cementerio figura lo siguiente respecto a Latur: profesión aeronauta; causa del fallecimiento, hemorragia traumática; edad 26 años; reducidos sus restos en el año 1935.
Hoy el mausoleo es propiedad de las RR. MM. Clarisas, que lo heredaron del capellán de su convento y profesor del Seminario Agirre, Nemesio Sáez Ruiz, quien también está enterrado allí, junto a varias monjas del mencionado convento.
En una placa colocada en la parte superior de la tumba, figura la siguiente inscripción: “Propiedad Monasterio de Santa Clara – Badaya”. Esta última palabra se corresponde con el nombre de la calle -Badaia-, donde las monjas tienen su convento en Vitoria, al que se trasladaron en 1969, tras abandonar el que tenían en la calle Beato Tomás de Zumárraga. La referida dueña del panteón, Manuela Suso Zubia, se había quedado viuda de Francisco Antonio Barrutia Beitia en 1875, quien tuvo en Vitoria un famoso bar, conocido como “Café de Patxo”. Manuela continuó con el negocio de su esposo y le puso el nombre de “Café Imparcial” (4), que es el que tenía cuando falleció Latur. La pareja era originaria de Arrasate (Gipuzkoa) donde se casaron en 1846.
EL COMPAÑERO DE LATUR Y SU NOVIA DE OTXANDIO
Formaba parte de la plantilla de la compañía de Latur, Jaime José María Pascual Soler, que intervenía en los espectáculos circenses. Tras la muerte del aeronauta, Jaime decidió retirarse, estableciéndose en Gasteiz. Por sus conocimientos gimnásticos, fue contratado por el Veloz Club Velocipedista, para dirigir el gimnasio de la entidad y dar clases en el mismo. El local ocupaba las instalaciones del antiguo salón de baile “El Vascongado”, situado en la calle Juego de Pelota, hoy Vicente Goikoetxea, que con el nuevo uso, siguió conservando el escenario y decorado del salón de baile. Allí se instalaron aparatos de gimnasia muy completos y modernos, para ponerse en forma los velocipedistas.
El club estaba presidido por Modesto Wallin Galatas, persona que poseía una sombrerería en la calle Postas, en la cual también vendía velocípedos.
Jaime Pascual, también fue profesor en el “Gimnasio Higiénico y Terapéutico”, situado en el entonces número 9 de la calle Florida, que estaba dirigido por el médico Joaquín Etxenike. Una poderosa razón para que Jaime se “vitorianizase”, fue que conoció a Carmen Amenabar Egia, una chica natural de Otxandio (Bizkaia), domiciliada en Vitoria, que servía en el popular café y restaurante “Imparcial”, que como hemos indicado lo regentaba la viuda de Francisco Barrutia. El local tenía la entrada principal por la actual calle Mateo Moraza, en el exterior de la Plaza Nueva, frente al Teatro Principal que luego fue Banco de España.
José Mari Amenabar, otxandiotarra y pariente de Carmen Amenabar, nos ha contado lo siguiente; “Carmen era la mayor de seis hermanos, uno de ellos mi abuelo Esteban Amenabar, y vivía en la calle Uribarrena de Otxandio, hasta que se fue del pueblo a Bilbao para trabajar como criada. Era guapísima y tuvo un pretendiente con una destacada posición económica llamado Germán, empeñado en casarse con ella. Carmen marchó a Bilbao, para no aguantar la constante insistencia de Germán, sobre sus proposiciones matrimoniales”.
Una poesía en verso escrita entonces, sobre las andanzas de Germán, recogida en un libro editado por Emilio Donado Urigoitia, nos explica en una parte de la composición, como terminó aquello:
ARINTZO BIALDU DOTZO BILBORA KARTIA.
KAMENTXUK ARINAGO SAKU BAT BETIA BAI,
KALABAZAKETA KALABAZATXUAK AREK EMOTEN DOTZE BIJOTZEKO MIÑA.
El verso dice que Germán envió desde Otxandio a Bilbao una carta a Carmen, insistiendo en sus pretensiones, y ella le contestó inmediatamente enviándole un saco de “calabazas” (su negativa a casarse), y que a él la respuesta le causó dolor en su corazón.
En uno de los programas de "SOS Kantak Arriskuan" (3) de Euskal Telebista, emitido en julio, se cuentan las aventuras amorosas de Germán, y en el aparecen vecinos de Otxandio cantando la poesía completa, de la que existe la correspondiente partitura (2).
Carmen Amenabar, finalmente se casó con su novio Jaime Pascual, el gimnasta al que había conocido en el café Imparcial, celebrándose la ceremonia el 2 de agosto de 1889, en la parroquia de San Miguel Arcángel de Vitoria.
En febrero de 1888 se registraron en Vitoria unas fuertes nevadas y un intenso frío, y el diario local La Concordia abrió una suscripción al objeto según indicaba “de mitigar el hambre de muchos de nuestros hermanos expuestos a perecer por la miseria”. Varios cientos de vitorianos hicieron una aportación económica para facilitar comida a los necesitados, entre los que se encontraba Carmen Amenabar, que se solidarizó con la causa. Esta es la canción de Otxandio, con ritmo moderno, cantada por los que dirigen el programa SOS kantak arriskuan.
Canción Otxandiano
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(1) Nombre que también se daba a los globos que ascendían con aire caliente, dado que fue un invento de dos hermanos apellidados Montgolfier.
(2) Si se desea ver el documental, este el link:
(3) Salvemos los cantos en peligro de desaparecer.
(4) El café Imparcial y su titular Barrutia (Viuda de), aparecen en el Anuario del Comercio y de la Industria, de los años 1881,1882, 1883, 1884, 1885, 1886. 1887,1888 y 1894.
PERIODICOS Y PUBLICACIONES CONSULTADAS: El Anunciador Vitoriano; El Alavés; La Concordia, de Vitoria; La Libertad, de Vitoria; Pensamiento Alavés; Diario de Murcia; El Alicantino; El Constitucional, de Valencia; El Eco, de Alicante; El Imparcial, de Madrid; La Correspondencia de España; La Paz, de Murcia; El Guadalete, de Jerez de la Frontera; Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración desde 1881 a 1894; Libro "Otxandio, Oleta, Gatzaga, Legutio eta Ubideko kantak" de Emilio Donado Urigoitia; Vídeo "SOS Kantak Arriskuan", producido por Euskal Telebista.
ARADECIMIENTO: A José Mari Amenabar, por los datos facilitados