Altuna III logra un póquer en el Cuatro y Medio: iguala a Julián Retegi y solo tiene por delante a Aimar Olaizola
El de Amezketa supera con holgura (22-9) a Peio Etxeberria en una floja final disputada en el frontón Bizkaia y se cala su cuarta txapela de la modalidad
Bilbao
"No esperaba ganar 22-9". Las palabras de Jokin Altuna nada más proclamarse por cuarta vez en su carrera campeón del Cuatro y Medio las suscribiría cualquier aficionado a la pelota. También lo haría su rival en la final, el navarro Peio Etxeberria. Al de Zenotz le superó el partido, lo que rodeaba a su primera final, en la que el público del Bizkaia iba con él. Las gradas, repletas, apoyaban en masa al debutante que soñaba con destronar al gran campeón. Pero Altuna salió del frontón habiendo agrandado su figura.
A sus 27 años, el de Amezketa ya suma siete txapelas como profesional. Ha ganado el Parejas, el Manomanista y el Cuatro y Medio. Este último, su torneo fetiche, hasta en cuatro ocasiones. Con la lograda este domingo en Bilbao ha conseguido alcanzar a uno de los dioses del frontón: Julián Retegi. El navarro, eso sí, jugó cuatro finales y nunca perdió ninguna. El de Amezketa lleva disputadas ocho: todas desde 2016.
Por delante, solo Aimar
"Para mí, lo más importante es que he jugado ocho finales y ante cinco rivales diferentes. Yo siempre he estado ahí, en las ocho, y eso es algo increíble. Estoy muy orgulloso", ha dicho el campeón. Por delante solo le queda el indiscutible rey de la modalidad, Aimar Olaizola, con siete triunfos en el acotado.
Destacaba Altuna el enorme valor que, a su entender, tiene no solo llegar a lo más alto, sino, sobre todo, mantenerse. Aparecer entre los mejores año tras año en un deporte que apenas da tregua a sus protagonistas, que desde la próxima semana encararán un interminable Campeonato de Parejas que obligará a los campeones a jugar cada semana durante los siguientes cuatro meses. Sin parar.
Peio Etxeberria, desaparecido
Comentaba Altuna que no esperaba ganar con tanta amplitud, y "menos viendo el contrario que tenía, que ha hecho un gran campeonato. Viene jugando cada vez mejor desde hace tiempo y tenía mucho respeto por Peio". A su juicio, Peio ha tenido una mala tarde el único día que nadie quiere tenerla.
"Cuando vienes con buenas sensaciones, si no has sufrido durante el campeonato, y el último día te vienen las malas sensaciones, te entran dudas. A mí me ha pasado. Y creo que a él le ha pasado eso y ha fallado pelotas que normalmente no falla", ha dicho Jokin. Y así lo ha reconocido Peio, que se sentía "atenazado" sobre la cancha. Una incomodidad que le ha hecho, según sus propias palabras, "equivocarme en la toma de decisiones".
La estrategia de Jokin
"Más que hacerle tantos directos queríamos cansarle, insistirle a la derecha", ha comentado el ganador de la final. Junto al mal partido de Peio, "creo que Gorka [Altuna, su primo y botillero] y yo hemos preparado el partido muy bien tácticamente. He acertado jugándole a los pies, a la derecha. Los primeros tantos han sido cortos y creo que a él le ha pesado la tacada inicial".
Y es que los tantos de saque -tres para comenzar, cinco en la primera mitad de partido- han sido definitivos a la hora de abrir una brecha en el marcador que daba vértigo a Peio Etxeberria: "Se me ha recogido todo, no he sabido tomar bien las decisiones y aquí los errores se pagan caros", ha reconocido el navarro.
La derrota más dura
Ante el comienzo a favor de Altuna, Peio ha sido incapaz de reaccionar. No le ha acompañado el resto, tampoco el pelotari que ha sacado durante las anteriores semanas. "Estoy dolido por no haber podido hacer lo que he venido haciendo otros días. Hay que estar bien un día y a una hora. No he disfrutado como sí he hecho en los partidos anteriores, en los que me sentía suelto", ha reconocido.
El dolor lo motivaba casi más el cómo que el qué. "Cuando pierdes pero juegas de tú a tú, te vas con otra sensación. Hoy no ha podido ser así, y me voy con mucha pena a casa", ha afirmado Peio. Una lección para el navarro en su primera final, que ratificaba Jokin con un mensaje a su rival: "Cuando ganas, todo es muy bonito. Pero cuando no lo consigues, que también hay días de esos, no significa que no hayas hecho un buen trabajo. Yo creo mucho en el trabajo, en insistir. Poniendo ganas y corazón, en el deporte siempre llegan cosas", ha señalado.
Hambre de victoria
"Yo tengo 27 años y quiero seguir creciendo y mejorando", decía Jokin mirando al futuro. "Cuando empiezas como profesional, primero tienes que hacerte un sitio. Luego vas jugando en primera, contra los mejores, y la exigencia sube. Yo llevo años jugando partidos importantes. Cuando te ves ahí, siempre quieres más. Y te das cuenta de que, si te duermes, los contrarios te alcanzan porque todos te tienen ganas y quieren jugar contra ti", añadía.
Y reiteraba una y otra vez la importancia que para él tiene el camino que va dejando a sus espaldas: "Estoy orgulloso del camino que estoy haciendo. No me quedo con las siete txapelas, sino con los trece campeonatos que he jugado, con los veranos de tantos partidos... Es muy difícil llegar bien a todos los campeonatos. Esta vez he ido de menos a más y me ha sabido bien", zanjaba el campeón gipuzkoano.