El Obispado reconoce que la iglesia del 3 de marzo "no está en su mejor momento", pero niega que haya riesgo de derrumbe

Vitoria-Gasteiz

El Obispado niega que la iglesia de San Francisco del barrio de Zaramaga de Vitoria en la que se ubicará el Memorial del 3 de marzo esté en "riesgo de colapso" y "peligro de desprendimiento", como concluye un informe de Gogora adelantado por la Cadena SER. La Diócesis de Vitoria, propietaria del inmueble hasta este mes, en que lo ha cedido a la Fundación del Memorial, reconoce que el templo "no está en su mejor momento", pero asegura que "la estructura es firme y anualmente ha pasado evaluaciones técnicas que dicen que está bien".

Según el informe, la iglesia de San Francisco presenta "riesgo de colapso" y "peligro de desprendimiento" si no se interviene sobre las numerosas deficiencias. Así, estima que, antes de plantear el futuro del edificio como un Memorial, "serán necesarias una serie de intervenciones que pongan en valor el edificio y lo restituyan a un estado de conservación óptimo". La reforma ascendería a 1.229.575 euros. Los desperfectos más relevantes afectan a la zona exterior del edificio. La cubierta de pizarra presenta una "infinidad de roturas y desplazamientos" y su estado es "bastante precario" por la falta de mantenimiento. En cuanto a los canalones, los pilares metálicos rojos que soportan el edificio, su material está muy erosionado y, al tratarse de un elemento estructural, su deterioro provocaría un "riesgo de colapso".

Según ha explicado a la Cadena SER José Antonio Rosado, el responsable de Comunicación del Obispado de Vitoria, la iglesia se desacralizó en 2014. "Hasta entonces, la Diócesis actuaba cada vez que había un desperfecto, pero a partir de entonces, el Obispado tiene otras prioridades y centra sus esfuerzos limitados en las iglesias donde hay feligreses y liturgia", ha contado. Aún así, ha añadido, el Obispado siguió actuando en el edificio hasta el año 2022, cuando "con el nuevo panorama del Memorial se entiende que habrá reformas y el departamento de Obras decide que ya no actúa más". Desde entonces, reconoce Rosado, no se ha actuado, pese a, por ejemplo, la granizada caída en verano del año pasado, que causó graves desperfectos en el tejado de pizarra del templo".

El Obispado también admite que introdujo cambios en el diseño original del arquitecto de Peña Ganchegui, que concibió la iglesia como un espacio diáfano, concretamente construyendo unos muros, "no de hormigón, sino de cemento" para crear estancias separadas que atendieran a las necesidades de aquella época, como catequesis, reuniones, etc. Según Rosado, "se puede levantar y quitar, no hemos modificado la estructura".