Se desplegarán más de mil dispositivos en el Golfo de Bizkaia para combatir la basura marina
El proyecto 'Ulysses', en etapa de desarrollo, comenzará sus primeras campañas a inicios de 2025
Jorge Ballester sobre el proyecto 'Ulysses'
San Sebastián
El centro Azti y la fundación Data For Science desarrollarán en los próximos tres años un ambicioso proyecto, llamado Ulysses, para combatir la basura plástica en el golfo de Bizkaia mediante la abundante y precisa información que aportará una flotilla de más de mil dispositivos, y que permitirá saber dónde se genera y acumula, y cómo es su deriva.
Todo ello con un monitoreo también en los ríos Nervión, Deba y Zadorra, y acciones para implicar a la ciudadanía, con el objetivo de plantear medidas adaptadas, eficientes y preventivas para minimizar el grave problema de la basura marina.
El lanzamiento del proyecto Ulysses ha sido presentado este miércoles en un acto en el Aquarium de San Sebastián por representantes de las dos entidades que lo pondrán en marcha, con la colaboración del Gobierno Vasco y la empresa aeroespacial Elecnor Deimos.
El director del centro tecnológico vasco especializado en ciencias marinas, Rogelio Pozo, junto a la investigadora Oihane Cabezas-Basurko, además Jorge Ballester, máximo responsable de la fundación privada sin ánimo de lucro Data For Science, han dado a conocer los detalles del proyecto, al tiempo que la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha valorado la implementación de esta iniciativa público-privada y ha llamado a la ciudadanía a implicarse en ella.
Según han explicado, Ulysses ha sido gestado durante tres años de preparación, para definir el enfoque científico que iba a tener y la búsqueda de soluciones a medio y largo plazo, es decir, para definir cómo enfrentar la problemática global de la basura marina, que está formada fundamentalmente por plásticos y microplásticos, en el golfo de Bizkaia.
Este es "especialmente sensible" a la acumulación, sobre todo en la parte sudeste, por la orografía, las corrientes y los vientos predominantes, ha precisado la investigadora de Azti, quien ha indicado que los valores de microplásticos observados en esta parte del Cantábrico son "medio-altos", pues rondan los 750 kg/m2, similares a los del Mediterráneo.
Ha dicho que "gran parte" de la basura procede de fuentes terrestres y "los ríos son claves a la hora de canalizar" la llegada al mar, al tiempo que ha destacado que la gran mayoría de los desechos que están en el golfo, en torno a un 75 %, tiene procedencia local, es decir, llega del litoral vasco y tiene su origen en actividades humanas de su entorno.
Aunque el proyecto abarca cinco ámbitos de acción, Cabezas-Basurko ha informado de que las de tipo científico -Ulysses Sea y Ulysses Rivers-, se centrarán en avanzar en el conocimiento de las basuras marinas y ribereñas en Euskadi mediante "dispositivos sensorizados y ciencia ciudadana", con el fin de "dar prioridad a determinadas soluciones para prevenir y minimizar su impacto" en la costa vasca.
Así, a principios del año que viene se botará un barco "Explorer" y se lanzarán al mar y a los ríos más de un millar de dispositivos equipados con sensores y módulos GPS, la mitad de ellos barcos "Traveller" y la otra mitad de madera, de 20 a 30 centímetros de longitud, además de medio centenar de bolas o plataformas "Wavy".
Se pondrá en marcha además un sistema de videometría para monitorizar los flotantes y se acordará con escolares y otros agentes ciudadanos tomas de datos en distintos tramos ribereños.
Cuantificar e identificar de dónde llega, anticipar arribadas masivas a las playas, facilitar la limpieza u organizar dispositivos preventivos son algunas de las medidas que podrán implementar las administraciones públicas a partir del análisis de todos los datos recogidos, que servirán también para identificar las zonas más afectadas o propensas a concentrar desechos.
La abundante y precisa información se usará para tomar decisiones, desarrollar nuevas normativas o poner en marcha soluciones eficientes, así como cambios de comportamientos y ayudar a frenar algunas tendencias de generación de basura.
El proyecto tendrá asimismo vertientes de divulgación y educación para implicar a la ciudadanía -Ulysses School y Experience-, cuyas acciones empezarán este próximo marzo e incluirán actividades educativas, exposiciones y otras iniciativas para fomentar la conciencia y el compromiso.